SERENDIPIA
Verdades capitales
Pactos clandestinos. Traiciones. Negociación de la voluntad ciudadana. Muerte del federalismo. La habitual compra de favores. Intereses económicos en los cimientos del desarrollo nacional. El Servicio público al mejor postor.
Las elecciones 2018 se nos presentan como un carnaval que reúne los más antiguos y retrógrados usos políticos en el país.
Si en el año 2000, con el PRI fuera de Los Pinos, pensamos que moría el régimen, las elecciones del 2018 plantean un conflicto superior que ningún partido o candidato resolverá: el agotamiento del sistema de partidos y la transición hacia un pacto social democrático.
La agonía del sistema político ha sido auspiciada por sus protagonistas y reconocida por ellos con una elocuencia y un detalle que no recuerdo en tres décadas.
Este largo estertor nos regala verdades capitales expuestas por políticos y partidos sobre +los pactos, las transas, las estafas y los desfalcos.
Sólo en el periodo de pre campañas nos hemos enfrentado a claros ejemplos de esta muerte lenta y costosa para la sociedad:
Muerte del federalismo:
El equilibrio y la transparencia en la entrega de presupuestos a los estados no existe. La investigación del gobierno de Javier Corral y el reconocimiento de Hacienda sobre la no entrega de 700 millones “pactados” fuera del presupuesto demuestra lo que durante décadas se sospechó: la entrega de dinero está sujeta a negociaciones políticas que hacen turbia y discrecional la entrega de recursos públicos. Lo último que importa es el interés ciudadano.
Democracia en subasta:
Estamos ante las elecciones donde correrá más dinero que nunca, limpio y sucio, dentro del presupuesto y oculto en el presupuesto (las millonarias subvenciones extraordinarias de los partidos en el Congreso). Las investigaciones del gobierno de Chihuahua sobre el desvío de más de 240 millones de pesos de recursos federales a las campañas del PRI confirman uno de los más dañinos hábitos políticos más documentados en el país (Pemexgate y Los Amigos de Fox).
Leyes no escritas:
Siempre han existido, pero la erosión del sistema político ha abierto grietas inéditas en el poder, donde con más frecuencia suceden delaciones sobre la política como negocio. Una de las más trascendentes la hizo el presidente de la Cámara de Diputados, Jorge Carlos Ramírez Marín, sobre el riesgo de que el más importante yacimiento petrolero, en Isla de Alacranes, Yucatán, beneficie a los ciudadanos o a “un grupo de amigos” (el senador Emilio Gamboa y sus socios y amigos, los hermanos Díaz Castellanos).
Muerte de la publicidad oficial:
Parece un contrasentido decir que ha muerto cuando parece tan viva y lucrativa: solo el gobierno de Peña ha gastado casi 40 mil millones en cinco años. Es un instrumento de control, pero cada vez menos efectivo: los medios reciben el dinero y cada vez hacen menos caso de la lÍnea, un tema debatido en el gobierno federal. La pregunta de fondo es: ¿Cual es el rol y el sentido de la propaganda oficial en el Estado?