La formalización del traslado de la embajada de Estados Unidos en Israel de Tel Aviv a Jerusalén con el reconocimiento de esta ciudad como capital del Estado judío, ha despertado temores de que ocurra la tercera Intifada.
Intifada es una palabra de origen árabe con el significado de revuelta, alzamiento o rebelión, y han ocurrido una en el siglo pasado y la otra a comienzos del presente, ambas entre la población palestina contra las fuerzas israelíes.
La posibilidad de una tercera ha estado latente en la segunda década de este siglo, pero la violencia no ha alcanzado la generalización que caracteriza a un movimiento de este tipo.
La primera sucedió a partir de 1987, se denominó “la intifada de las piedras” y terminó en 1991, tras influir en el comienzo de las negociaciones que llevaron a los Acuerdos de Oslo de 1993 suscritos entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
En esa Intifada murieron al menos 160 israelíes y mil 162 palestinos, y aunque empezó con un accidente en que cuatro palestinos perecieron por el impacto accidental de un camión militar israelí, retrató la insatisfacción palestina, en particular de los refugiados.
El hecho ocurrió en el campo de refugiados de Jabalia, en la Franja de Gaza, y pronto generó protestas que incluyeron huelgas y boicots a instituciones civiles israelíes que operaban en los territorios palestinos.
De acuerdo a los reportes de la época, unos 80 mil soldados israelíes fueron movilizados ante las protestas.
Esa primera Intifada condujo a las negociaciones que culminaron con los Acuerdos de Oslo, donde la Autoridad Nacional Palestina (ANP) surgió y recibió autonomía, aunque limitada, sobre la Franja de Gaza y Cisjordania.
Yasser Arafat, presidente de la Organización para la Liberación de Palestina, Simón Perez, canciller israelí e Isaac Rabin, primer ministro de Israel, los tres negociadores de los Acuerdos, recibieron por ellos el Premio Nobel de la Paz 1994.
Apenas seis años después, en 2000, comenzó la segunda Intifada, conocida como la Intifada de Al Aqsa, luego de que el entonces primer ministro israelí Ariel Sharon, entró a la Explana de las Mezquitas, lugar sagrado musulmán.
Ese ingreso fue visto como una provocación y llevó a que fieles musulmanes atacaran a fieles judíos que oraban en el Muro de las Lamentaciones, parte del complejo que aloja a las mezquitas de la Roca y de Al Aqsa.
Grupos palestinos respondieron con atentados suicidas contra la población israelí, los cuales eran respondidos con incursiones militares del ejército de Israel.
Entre 2000 y 2008, periodo de esta segunda Intifada, a cuya mitad, en 2004, murió el líder palestino Yasser Arafat, se registraron alrededor de mil israelíes muertos y no menos de cinco mil 200 palestinos.
Los temores de que estallara la tercera rebelión palestina surgieron en 2014, cuando los controles militares israelíes se agudizaron para el acceso a la Explanada de las Mezquitas, incluidos retenes, cámaras de vigilancia y excavaciones arqueológicas.
En respuesta decenas de atentados contra israelíes se produjeron por parte de palestinos solitarios, quien arma blanca en mano o conduciendo todo tipo de vehículos, atacaban a israelíes.
Empero, los atentados individuales no han generado un levantamiento masivo como las dos Intifadas, por lo que es imposible hablar de la tercera.
En ese marco el cambio de la embajada estadunidense de Tel Aviv a Jerusalén podría darse sin generar repudio masivo de la población palestina, indicó Amani Khalifa, activista palestino, a la cadena qatarí Al Yazeera.
Para la gente en general, no importa ese traslado, pero para el mundo podría quedar en claro la falta de autonomía palestina, precisó.
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