DEL ZÓCALO A LOS PINOS
Slim, Gamboa Pascoe y los Legionarios de Cristo: en el paraíso
El uso de los paraísos fiscales puede no ser ilegal si el dinero tiene un origen lícito; pero sin duda –como bien lo dimensionó Manuel Feregrino el pasado domingo en Formula Fin de Semana- “mínimo, es inmoral”. Tal es el caso del hombre más rico de nuestro México y si no me equivoco de los primeros diez del mundo; lo que en buen romance es toda una hazaña si consideramos el nivel de pobreza en que se encuentran millones de nacidos y creados en este solar. Aunque en descargo –de la hazaña- habría que señalar que no hubiera sido posible sin las complicidades y arreglos con el gobierno de Carlos Salinas de Gortari.
Sobre el tema de los personajes involucrados en los Paradise Papers, Daniel Lizárraga adelantó el pasado domingo: “una de las miles de investigaciones tiene que ver con la creación del gigante American Móvil, es decir, es la historia de dónde se creó la semilla de este gigante. Se hizo en Bermuda y germinó en un paraíso fiscal en donde la tasa impositiva era de cero. En seguida se viene a México y crece; luego, como les decía, ilegal no es, pero da la idea de lo que son los sistemas offshore”.
Y en efecto. Slim, apoyado por el despacho Appleby con sede en Bermuda, en año 2000, American Móvil cofundó la sociedad Telecom Americas LTD, aprovechando la ventaja de que en Bermuda las corporaciones de capital extranjero no pagan impuestos, sus socios fueron Bell Canada International y SBC Communications. Ya firme en su expansión por Latinoamérica, en febrero de 2001, Telecom compró 950 millones de dólares de acciones de otro gigante: TESS. Bueno para los negocios, al año siguiente Slim -y su Américan Móvil- compró la totalidad de las acciones de Bell y SBC en Telecom Americas y se quedó con todo el “pastel”.
Otro caso paradigmático es el de Joaquín Gamboa Pascoe. Así lo narró Lizárraga: “Gamboa Pascoe es un personaje insigne en México; uno de los últimos líderes históricos de la CTM. Líder obrero que surgió de la industria textil desde los años setenta –del siglo pasado-. No hizo nada en su vida que no fuera dedicarse a la política, obviamente del PRI, senador, diputado, varias veces, tuvo una larga trayectoria en ese sentido. Bueno, el señor durante años estuvo nutriendo a través de una estructura más o menos compleja entre Panamá y las Islas Caimán una fortuna de entre 15 y 17 millones de dólares, la cual, al morir, la pasó a su esposa y a sus hijos y uno de sus hijos, al poco tiempo de su fallecimiento cerró el fideicomiso”.
A pregunta de mi parte si podía adelantarnos algo más, aún cuando fuera de manera general, Daniel comentó: “Hay algo que hoy es un caso curioso, la historia completa se va a publicar la semana que viene –la actual en curso-; en mucho la estructura del Consorcio –de reporteros investigadores- está planteada para que cuando sean investigaciones transnacionales, se nombra un reportero coordinador de la cobertura. En este caso se trata de los Legionarios de Cristo y el coordinador de la cobertura es un mexicano, que es Raúl Olmos, que ya publicó un libro sobre ellos, con él están trabajando reporteros de España, Chile y Estados Unidos y si no mal recuerdo de Francia e Italia; entonces él está por sacar la historia y el Consorcio anuncia lo que podría venir; y bueno, se trata de una estructura que formó el padre Marcial Maciel antes de fallecer, de la cual no se sabía nada; pero cuya peculiaridad es que no sólo se trata de sus allegados, que uno diría es normal que sean sus allegados, la mayoría mexicanos por cierto, sacerdotes y laicos que tenían una estructura, digamos, oculta en paraísos fiscales; sino que en el resultado de estas investigaciones se incorporan rectores de universidades, rectores de universidades de México y del mundo, los cuales manejaban cuentas bancarias; y todo mundo sabe qué inversiones tenía Marcial Maciel en México, pero no en el mundo; luego entonces ha sido difícil rastrear esta información pues se trata de un grupo con mucho poder”.
Vale la pena destacar que la principal diferencia entre los Panamá y los Paradise Papers, es que los primeros involucraban a la “clase media” de los ricos, mientras que los más recientes traen consigo los entramados financieros de la élite mundial, los magnates cuyas ganancias son una grosería frente a la brutal desigualdad, miseria y precarización de la vida en sus países de origen.
En este escenario, hace sentido que los mexicanos que hasta ahora Paradise Papers ha ventilado mantienen o mantuvieron inversiones en fondos offshore, sean individuos conocidos por enriquecerse a costa de otros, o de haber capitalizado su momento de oportunidad desproporcionadamente; tales son los casos de Carlos Slim, Joaquín Gamboa Pascoe y los Legionarios de Cristo.
Cerca de 17 millones de dólares fue lo que el líder sindical tuvo en su momento en estos fondos, el hombre que supuestamente debía defender a los trabajadores de México. Hay poco que agregar a un hecho que se describe por sí solo, aunque son muchos los adjetivos que se podrían pronunciar.
En el caso de Carlos Slim, se trata de jugadas financieras pensadas para fortalecer el impulso de American Móvil en los inicios de este siglo ¿hay algo que reclamarle a don Carlos? Creo que, si lo hay, sería la fortuna que ha hecho al amparo de un monopolio estatal adquirido en una bicoca, consolidado a través del consumo de millones de mexicanos, principalmente los más pobres y la clase media. La revelación de sus formas de operar es una raya más al prócer nacional que algunos despistados lo quieren ver de candidato presidencial.
Sobre Maciel y sus socios, la mayor parte legionarios de la “gente bonita”, que montaron una estructura de evasión fiscal en las Islas Vírgenes y Bermuda ¿Qué más podemos decir? Los vínculos y la podredumbre de la Congregación más cercana a la élite política y empresarial mexicana es conocida desde hace varios años.
¿Alguien puede asegurar que esto ya está decidido?