ANTORCHA CAMPESINA
Políticos, vividores y oportunistas
Como es propio del sistema de clases en que vivimos, la lucha por el poder entre las distintas fuerzas políticas del país se intensifica cada día a medida que se acerca la elección federal de 2018, y no precisamente para trabajar en favor de todos los mexicanos, en particular por los más desprotegidos como dicen, para sacarlos del atraso y de las malas condiciones materiales y económicas, sino para lo contrario, para ponerlo a su servicio y el de su grupo mas cercano, a costa del sufrimiento y de la miseria del pueblo pobre.
Y nada los detiene en sus desmedidas ambiciones. Ni las tragedias por causas naturales que han venido ocurriendo en los últimos días, como los terribles sismos de los días 7 y 19 de septiembre, que devastaron buena parte de Ciudad de México, Estado de México, Oaxaca, Puebla, Morelos, Guerrero y Chiapas, dejando cientos de muertos y considerables daños materiales a más de 154 mil viviendas y edificios públicos, cuya reconstrucción, según el gobierno, tendrá un costo aproximado de más de 39 mil mdp; por el contrario, se aprovechan del dolor del pueblo, que como siempre es el más afectado, para hacer campañas políticas para llevar agua a su molino.
Al terror provocado por los sismos que colapsaron viviendas, escuelas, edificios y puentes, etcétera, donde perecieron atrapadas cientos de personas, se sumó la indignación de la población por las tontas y vergonzosas declaraciones que funcionarios y diputados de varias fracciones partidistas hicieron a los medios de comunicación, de negarse a aportar su salario para la población en desgracia, como lo hacían ya para ese entonces millones de mexicanos y hasta gobiernos extranjeros, evidenciándose como lo que son; corrientes vividores del presupuesto, producto de los impuestos del pueblo.
Ante la carencia de recursos de las familias que de un momento a otro lo perdieron todo; que se quedaron en la calle, sin pertenencias y en no pocos casos sin algunos miembros de sus familias, y la cobardía de estos políticos, los mexicanos, que no olvidan los agravios, reclamaron una parte del el excesivo gasto de más de 25 mil millones de pesos destinados a las campañas políticas de 2018 para los gastos de reconstrucción. No faltaron, sin embargo los políticos que vieron en la tragedia la oportunidad para ganar simpatía y votos entre la población, invirtiendo el salario de un día o una quincena a sabiendas de que lo recuperarán multiplicado.
Ahora, curiosamente, luego de la presión ciudadana para que los políticos renuncien a los recursos públicos y sean utilizados en la reconstrucción, los partidos políticos han aceptado que les quiten sus prerrogativas, y cada uno por su lado, intentan adueñarse de la autoría de la propuesta de renunciar a los fondos públicos para las campañas políticas, llegando a proponer hasta el 100%. Alejandra Barrales, presidenta del PRD y Dante Delgado, coordinador de Movimiento Ciudadano, expresaron cínicamente que “el dinero no debe provenir de los impuestos que paga la gente, debe provenir de las aportaciones voluntarias de nuestros militantes y simpatizantes”.
Ricardo Anaya, dirigente nacional del PAN, dijo: “Exigimos un verdadero programa de austeridad, que incluya entre otras cosas, eliminar todos los gastos médicos de los altos funcionarios. Que como todos los servidores públicos se atiendan en el IMSS o en el ISSSTE y si quieren ir a un privado que lo paguen con su dinero”. Morena, a través de Andrés Manuel López Obrador, fue el primer instituto político en apoyar la idea surgida en redes sociales. Primero dijo que aportaría un porcentaje del dinero que tenían destinado para las campañas de 2018, pero constituyó un fideicomiso en un banco para recibir aportaciones ciudadanas para los damnificados.
El PRI por su parte presentó una propuesta para quitar el financiamiento público a los partidos en 2018, medida que permitiría tener más de 6 mil millones de pesos disponibles para atender la emergencia, además de eliminar los legisladores plurinominales federales y locales, con lo cual, sumado, alcanzaría hasta 20 mil millones de pesos de ahorro e informó que renuncia a la totalidad del financiamiento que tiene asignado para lo que queda de este año, el cual es de 258 millones de pesos, y pidió a los demás organismos políticos hacer lo mismo.
¿Quién les cree? ¿De dónde saldrá el dinero para sus campañas? Todos los mexicanos saben que ningún político está dispuesto a trabajar desinteresadamente a favor del pueblo, y que una vez que lleguen al poder se desquitaran con creces de los “sacrificios” hechos ahorita.