PODER Y DINERO
Hartazgo social y rechazo a los políticos
La caridad es un deber; la elección de la forma, un derecho.
Concepción Arenal (1820-1893) Escritora y socióloga española.
El hartazgo de muchos mexicanos no dejar nada a dudas. Conforme pasa el tiempo, después del terremoto del pasado 19 de septiembre, a través de varios medios de comunicación, pero especialmente en las redes sociales, se evidenciaron las graves deficiencias de la clase política. Varios hechos fueron la evidencia del malestar de una buena parte de la sociedad ante la incompetencia de algunos administradores y la manipulación del sufrimiento de la comunidad. La incompetencia está en el manejo informativo. Las grandes dudas de los mexicanos por los verdaderos daños del terremoto, no fueron respondidas en forma inmediata y certera, con verdad, pues. Simplemente dejaron espacios a los rumores que en las redes sociales son el cerillo ante enormes depósitos de gasolina. Y, no se trata de menospreciar el trabajo de la Marina, el Ejército y los responsables de protección civil, ni mucho menos de la sociedad que se volcó a ayudar. Se trata de evitar que esos errores se repitan. Con el caso de Frida Sofía, durante muchas horas, las autoridades dejaron correr la versión y, lo peor del caso, es que lo “avalaron”. Después, en cartas, “boletines extraoficiales” o simples “órdenes superiores” hablaban de la suspensión de los rescates de sobrevivientes e incluso de la entrada de maquinaria pesada. Esto fue en la Ciudad de México, donde las evidencias de un pésimo manejo informativo, era evidente. Sin embargo, los rumores en más de 200 municipios de Puebla, Morelos, Estado de México, Oaxaca, Morelos, e incluso Chiapas, fue peor. No había forma de hacer llegar ayuda, ni mucho menos rescatistas. Nadie sabía el lugar donde se enviarían los apoyos. En síntesis, el problema de las autoridades es de manejo informativo en crisis. Hay cosas que cuenta, pero no se cuentan por que las que se cuentan son desastrosas.
PODEROSOS CABALLEROS:
Ya que hablamos del apoyo a las víctimas del terremoto del jueves pasado, ahora observamos que no se dieron actos de rapiña, en las propiedades que se desplomaron. Afortunadamente para los dueños de las mismas, lograron salvar sus propiedades, a pesar que muchas de ellas estaban entre los escombros. Sin embargo, Decenas de camiones que transportaban ayuda a las víctimas en las poblaciones más retiradas de la Ciudad de México, asaltantes se los robaban; camión y carga. Parecía imposible el otorgar escoltas policiacas, igualitas a las que protegen a nuestros políticos, para proteger el envío de esas mercancías y que fueran entregadas a las víctimas, en forma directa. *** Por si fuera poco, a políticos como Graco Ramírez, gobernador de Morelos, se le ocurrió atender los deseos de su esposa, Elena Zepeda. Tuvo la genial idea de que el DIF estatal repartiera toda la ayuda para las comunidades afectadas por el siniestro. Claro, para que los morelenses se fueran con la finta que eran Graco y su esposa los “benefactores”. Esto provocó que cientos de personas acudieran a las bodegas del DIF en Cuernavaca y tomaran el control de las mismas. Esto, con el beneplácito de los enemigos del gobernador, quienes le conocen sus debilidades por el poder y el dinero. *** El gobernador de Querétaro, Francisco Domínguez, suspendió su informe de gobierno. Juan Manuel Carreras de San Luis Potosí, lo pospuso una semana. Todo ello debido a las consecuencias del sismo del pasado 19 de septiembre. Acciones políticamente correctas.
RESPONSABILIDAD SOCIAL CORPORATIVA:
Para evitar el lucimiento de políticos, muchos mexicanos, especialmente empresas decidieron hacer fideicomisos para que con un solo objetivo, se use el dinero. Nadie puede tocarlos, como lo hicieron Ricardo Salinas Pliego, a través de un importante cheque dirigido a las labores de reconstrucción. Pero otros prefirieron acudir a las zonas más lejas y entregar personalmente toneladas de ayuda a las víctimas del terremoto. Así ocurrió con Raúl Beyruti, presidente de GINgroup, quien llevó camiones con comida a habitantes de La Nopalera, Morelos, que se reunió en Bauhaus. También envió a víctimas del otro sismo, en Chiapas y Oaxaca.