ALHAJERO
Morena, la tierra prometida
Ifigenia Martínez –una de las últimas figuras insignes del sol azteca, en cuya casa se fraguó el movimiento de la Corriente Democrática que habría de ocasionar la mayor ruptura en la historia del PRI del último medio siglo y sería, a la vez, embrión del PRD- estaba finalmente ahí, en el templete de Morena, a un lado de Andrés Manuel López Obrador.
Junto con ella, Pablo Gómez (líder del 68 y espléndido parlamentario), Dolores Padierna (hasta hace unos días, coordinadora de la bancada perredista en el Senado), Carlos Sotelo (líder de la corriente perredista Patria Digna), Raúl Morón (senador por Michoacán, tierra de Cuauhtémoc Cárdenas, uno de los principales abrevaderos del PRD en sus inicios), María Rojo (actriz, ex senadora por el sol azteca).
Sus rostros evocaban los últimos jirones de prosapia del Partido de la Revolución Democrática.
Retazos de un partido –el más fuerte en la historia de la izquierda en México- que muy cerca estuvo de obtener la Presidencia de la República hace once años, pero que hoy se les deshace entre las manos y tuerce el rumbo hacia la derecha en busca de sobrevivencia.
Pero los desilusionados tienen a dónde ir. Morena es ahora la Tierra Prometida.
El Monumento a la Revolución es desbordado por sus seguidores. O más bien, por los seguidores de Andrés Manuel, porque la figura es él, nadie más.
Ni siquiera Claudia Sheinbaum, “próxima jefa de Gobierno de la Ciudad de México”, logra levantar los ánimos. Vaya, más se escuchan las porras para Padierna –cuyos seguidores ocuparon desde temprano posiciones al pie del templete- que por la delegada de Tlalpan.
¿O sería más bien que ayer la plaza no estaba con ánimos de gritar y de festejar?
Sólo el tabasqueño concita aplausos. Nadie más.
Bajo el silencio del respetable, pasan a la firma Bajo el silencio del respetable, pasan a la firma del Acuerdo Político Nacional personajes como la ex ministra de la Suprema Corte, Olga Sánchez Cordero; y el ex rector de la Universidad de Puebla, Enrique Cárdenas, a quien el tabasqueño obsequia uno de los más afectuosos abrazos.
También firman el líder del Partido del Trabajo, Alberto Anaya y Alejandro González Yáñez; los empresarios Alfonso Romo, Antonio Barceló, los diputados René Cervera, Jesús Valencia, Víctor Hugo Romo, Maricela Contreras; la actriz y ex senadora María Rojo, los actores Sergio Meyer y Omar Fierro (René Bejarano no asistió).
Ausente, Ricardo Monreal, cuya oficina está a sólo tres calles de distancia.
“Hay veces que por las circunstancias se confunden las cosas y se cree que lo más importante son los cargos. Les brota la ambición y la calentura, más si se trata de un cargo o si va a ser pluri…”, suelta AMLO hacia el final de su improvisado discurso.
Y sin embargo, agrega: “No todo son candidaturas. ¿Qué no va a haber un director de Pemex, un director de la CFE, un responsable de garantizar la salud?”
Un recado con la puerta entreabierta.
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GEMAS: AMLO se va de gira a Washington, Nueva York, Londres y España.