DEL ZÓCALO A LOS PINOS
Javier Corral: La Foto De “Estadista” Que Estaba Buscando
Aquí lo escribimos recién se conocieron los resultados de las elecciones del año pasado: Javier Corral y Miguel Ángel Yunes se meterán a la contienda por la candidatura presidencial del partido Acción Nacional o por lo menos intentarán ser protagonistas; y así se ha validado en los hechos, ambos optaron al inicio de sus mandatos, con justa razón y datos duros, por el ajuste de cuentas con sus antecesores; Yunes se engolisinó y le sigue tirando a todo lo que se mueve, incluyendo la esposa de Javier Duarte; y por lo que se advierte no soltará el tema hasta el final de su efímero gobierno. Por supuesto, también se dio tiempo para “destaparse” muy al folklórico estilo veracruzano; destape que motivó comparaciones con los cómicos de las plazas públicas y en el mejor de los escenarios no trascendió; de cualquier forma pocos dudan que “don” Yunes insistirá en un futuro no remoto.
Javier Corral, por su parte, igual de maldoso que Yunes pero con más talento, ha dosificado y diversificado sus mísiles; si bien trae en jaque al otro Duarte, también se ha dado tiempo para hacer política al estilo que mejor conoce, la confrontación para después negociar, obtener ventajas y luego emprender la retirada; asumiéndose demócrata no ha dudado en recurrir a las malas artes de la política para conseguir objetivos. En 2010 fue de los principales operadores de Gabino Cué manejando ilegalmente el espionaje político del Cisen; cuando Cué no satisfizo sus requerimientos lo denostó y evidenció; en sus tiempos de legislador sus mayores réditos los obtuvo confrontando a las dirigencias de su partido, así llegó al Senado de República y luego a la candidatura a gobernador de Chihuahua; para el anecdotario son sus deudas con Televisa y el intercambio epistolar con el Comandante Supremo de la “Band of Brother’s” Felipe Calderón.
A éste, a Calderón, en el contexto de la derrota electoral, con el evidente fin de tomar distancia, le escribió una carta el 1 de septiembre del 2012 que en su parte medular apunta “Te escribo enterado de los calificativos que vertiste sobre mí en la reunión con senadores del PAN el pasado 28 de agosto. Me llamaste cobarde por no haber ido a la reunión. Te equivocas: dentro de los muchos defectos que tengo no está la cobardía. La razón por la que no asistí a la reunión fue para evitar tus exposiciones interminables donde tú monologas, no dialogas, sobre las maravillas de tu gobierno y lo bien que hiciste todo, donde culpas a la campaña y al partido de la derrota pasada. Fuera totalmente de la realidad estás diciendo cosas muy delicadas y sigues insultando a tus críticos, deberías cuidar tu investidura. Innegable es tu forma de tratar a los panistas, perdiste todo sentido de civilidad política. La falta de respeto a varios compañeros y a tus propios colaboradores, una rudeza innecesaria a quienes disienten de tus opiniones. ¿Y qué has logrado?: renuncias de Secretarios de Estado, expulsiones del partido, miembros que hicieron campaña no contra el PAN sino en despecho de ti. Las peores críticas a tu carácter, por cierto las he oído en voz baja, en murmullos, de gente muy cercana a ti. Ésa es la verdad inocultable. Espérate a que conozcas la condición humana a partir de que dejes el poder y entiendas que lo que más te ha perjudicado eres tú, tu carácter colérico al que le gana el coraje en cualquier momento”. Como queda constancia, Calderón y Corral se llevaban fuerte, la moraleja tal vez podrá ser aquella del burro que dictaba conferencias magistrales sobre las orejas.
Ya situados en tiempo real, es evidente que el rol cada vez más protagónico que Javier Corral ha adquirido en pasados días en el contexto del Frente Amplio Opositor es sólo el inicio de su intentona por cristalizar un papel cardinal al momento de las definiciones de fondo, léase la posible candidatura presidencial; si bien es complejo que pueda quedarse con tal candidatura, la gubernatura de Chihuahua, con toda la estructura que ello implica, le da suficientes municiones para ser factor de peso.
Resultado de ello es la reunión que realizó en el palacio de gobierno de Chihuahua con los representantes más relevantes de las diversas posturas sobre el cómo consolidar opciones ciudadanas o alianzas partidistas de cara al 2018. Álvarez Icaza, Jorge Castañeda, Porfirio Muñoz Ledo, el Ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, Clara Jusidman, Agustín Basave, Martha Tagle, Santiago Creel, Alejandra Barrales, Gustavo Madero, Guadalupe Acosta Naranjo y el “niño Fidencio” de la mafia azul –que portaba una cara de encabronamiento digna de una postal-; respondieron a su convocatoria para regalarle la foto que tanto estaba buscando.
Por supuesto a la foto hay que agregarle el ofensivo –hacia los presentes- rol que asumió y que se refleja en las notas de medios y videos que circulan en redes, en los que se destacan sus intervenciones en la inauguración, donde realizo un recuento histórico del papel que Chihuahua ha jugado en la Independencia, la Reforma, la Revolución, la “Transición”; y en la que sólo le falto concluir “y para el Frente aquí estoy yo”; y en la clausura al afirma “Los asuntos públicos se deben tratar en público. En la diversidad de puntos de vista, de enfoques, está es la riqueza de ese propósito, en lo que creo absolutamente”, conceptos a los que bien aplica aquella conseja popular que reza “dime de qué presumes y te diré de qué careces”.
Ya como fin de fiesta y para hacer más evidente el sentido utilitario del “Encuentro Chihuahua: Problemas contemporáneos de México” en la promoción personal de Corral; dos ausencias destacaron, las de sus “compañeros” de partido Moreno Valle y Margarita Zavala; de la ausencia de esta última, un tuit de Juan Ignacio Zavala, su hermano y operador y beneficiario del calderonato, ilustrado con una foto de algunos de los asistentes, todos caballeros, compartiendo el “pan y la sal” –sin premoniciones- alrededor de una mesa redonda presidida por Corral hace evidente la molestia generada, “Esta foto el pie puede ser: nueve hombres pensando como quitarle la candidatura a una mujer”.
Concluyendo; Corral puede presumir que es bien visto por algunos sectores de izquierda. Al respecto de su anfitrionía antes mencionada, el escritor Fabrizio Mejía ponderaba su pluralidad unánime. Valdría la pena recordar la pluralidad de barcas políticas en las que Corral ha estado y de las que ha saltado cuando ha percibido que empiezan a hundirse.
Por ahora Javier Corral percibe que fungir como bárbaro del norte que toma la batuta e invita al convite, es la barca más redituable. Habrá que ver cuánto tiempo le dura la convicción.
¿Alguien puede asegurar que esto ya está decidido?