La asociación civil En el semáforo se aprende complementa su trabajo educativo en calles y semáforos de Querétaro con tres campañas comunitarias anuales que buscan atender necesidades básicas de niñas, niños y adolescentes en situación de vulnerabilidad. Estas acciones, centradas en la solidaridad y el vínculo directo con las familias, se han convertido en una extensión del acompañamiento educativo que la organización realiza desde hace cinco años en distintos municipios del estado.
Una de las campañas más emblemáticas es la de Reyes Magos, que se llevará a cabo el próximo siete de enero en Querétaro capital, el ocho de enero en Tequisquiapan y el 10 de enero en la Sierra Gorda. Se trata de una caravana que recorre los semáforos donde la asociación tiene presencia activa, llevando regalos personalizados a cada alumno. “Nos vamos de Reyes Magos y a los semáforos que tenemos. Les damos unos regalos que vienen artículos de higiene, zapatos, suéteres, artículos escolares”, explicó Jemima Peláez, presidenta de la asociación.
La iniciativa surgió a partir de los relatos de las propias infancias. “Empezó justo porque los niños nos platicaban que ellos nunca les llevaban nada y pedían cosas como un pollo rostizado o un kilo de mangos”, recordó Peláez. Con el paso del tiempo, la dinámica evolucionó y hoy son los propios padres y madres quienes comunican las necesidades más urgentes. En esta edición, por ejemplo, las solicitudes se han concentrado en pants y tenis, prendas indispensables para la escuela y difíciles de reponer en contextos de precariedad.
Además de la campaña de Reyes Magos, En el semáforo se aprende realiza una colecta con motivo del Día del Niño, enfocada en juguetes y útiles escolares, así como una tercera campaña en junio, coincidiendo con el inicio del ciclo escolar, en la que se entrega una mochila a cada alumno. Estas tres acciones representan los momentos de mayor movilización comunitaria de la asociación a lo largo del año.
De acuerdo con la presidenta de la organización, cada campaña logra beneficiar en promedio entre 200 y 280 niñas y niños, y la totalidad de los apoyos se obtiene mediante donativos. “Generalmente de 200 a 280 son los niños que logramos cubrir (…) todos son de donativos”, precisó. El alcance de cada jornada depende directamente del número de voluntarios y de la respuesta ciudadana, por lo que la asociación no establece metas rígidas de crecimiento.
El trabajo de En el semáforo se aprende se sostiene principalmente a través del voluntariado. La asociación abre convocatorias permanentes para personas interesadas en liberar servicio social, realizar prácticas profesionales o colaborar de forma independiente. “Si se van sumando más voluntarios, tenemos más alcance”, señaló Peláez, quien subrayó que el compromiso requerido puede ser de apenas dos horas a la semana.
Más allá de los apoyos materiales, la presidenta destacó que una de las formas más importantes de participación ciudadana es el cambio de mirada hacia las infancias. “Lo mejor es visibilizar a los niños como alumnos. Esa es la nomenclatura que nosotros usamos”, afirmó. Para la asociación, nombrarlos de esa manera implica reconocerlos como sujetos de derechos y no reducirlos a su condición de calle.
Actualmente, la asociación mantiene abiertos sus canales de contacto a través de redes sociales —Instagram y Facebook bajo el nombre En el semáforo se aprende— y su centro de acopio para la campaña de Reyes Magos se encuentra en el Centro de Atención y Protección al Turista (CAPTA) , en el número 4 de la calle Pasteur, un espacio facilitado por la Secretaría de Turismo del estado (SECTUR).
