“Si realmente pudiésemos tener la sensibilidad y el entendimiento de fascinarnos de cómo es que esta luz se transforma en pieles, en minerales, en seres que son capaces de adaptarse a su entorno, tal vez podríamos tener la humildad para aprender de estos seres”: con esa convicción profunda, Marisol Plara —artista visual mexiquense, nacida en 1989— sostiene la médula de Raíz Prismática, su exposición temporal en el Museo Comunitario de Pinal de Amoles. La muestra clausura este 13 de diciembre y reúne más de dos décadas de exploración pictórica, técnica y espiritual sobre la luz, el paisaje y la vida no humana.
En entrevista con Plaza de Armas , Plara cuenta cómo ha vivido sus últimos cuatro años en una zona montañosa de Chiapas, experiencia que detonó la reflexión detrás de su obra más reciente. Allí descubrió lo que llama “la sabiduría silenciosa de los animales”, seres capaces de adaptarse sin estructuras sociales humanas ni infraestructura. Esa vida fuera del ritmo urbano se convirtió en un laboratorio para observar coexistencias más equilibradas entre especie y entorno.
“Me fui a Chiapas a vivir por cuatro años, así en la montaña (…) y ahí me di cuenta cómo los animales son unos seres súper sabios que pueden vivir sin reglas escritas, sin dinero, casi casi sin agua”, explica.
A partir de esa vivencia, aunada a sus saberes tras cursar la maestría en Artes Visuales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y culminar una estancia de investigación en la Universidad Complutense de Madrid, Plara consolidó un giro técnico y conceptual respecto a obras de 2012 y 2013, donde dominaban estructuras geométricas. Aquellas piezas respondían —según detalla— a metáforas de las “estructuras mentales” humanas, una forma de representar los filtros simbólicos con los que interpretamos el mundo.
“Siento que tenía también esta misma dicotomía (…) una lucha entre la naturaleza y lo geométrico (…) por eso mis cuadros del 2012 reflejan un poco más esas estructuras mentales”, dice. Hoy, ese diálogo entre geometría y naturaleza desemboca en una búsqueda más orgánica, luminosa y fluida.
Su interés por “el viaje de la luz” es otro hilo que atraviesa toda la exposición. La artista aborda el fenómeno no solo desde la pintura, sino desde una perspectiva casi fenomenológica. “Toda la vida se origina a través de la luz del sol y su viaje (…) tal vez podríamos fascinarnos de cómo es que esta luz se transforma en pieles, minerales, en seres que son capaces de adaptarse”, comenta. La luz, para Plara, no es un recurso per se: es una especie de fuerza vital que moldea la existencia y desde la cual propone una reconciliación sensible con el planeta.
Obras como ‘Viaje fotónico’ o ‘Cierra los ojos’ materializan esa inquietud. “Me gustaría que mis cuadros fueran dispositivos que detonaran curiosidad (…) ir al monte, ver una iguana con tus propios ojos, ver la luz, los reflejos de la luz en el agua (…) pero también ir hacia adentro y ver la luz que cada quien tiene dentro”, afirma. Esa doble orientación —hacia lo externo y hacia lo interno— se ha convertido en uno de los rasgos centrales de su producción reciente.
En Raíz Prismática, Plara emplea materiales como polvo de bronce mezclado con trementina y barniz de copal recolectado en Chiapas. Se trata de una técnica que introduce guiños críticos a los procesos extractivos, pero sin desestimar el potencial reflexivo del material. “Es un poco meter ahí un material disruptivo, pero también para cuestionarnos y decir: a ver, ¿de dónde sale esto? (…) Un botecito de 50 gramos me dura cinco años”, explica. La luminosidad metálica del bronce permite que algunos cuadros “sigan brillando” incluso con los ojos cerrados.
La exposición se acompaña además de un enfoque pedagógico que la artista busca compartir con los visitantes. Durante la clausura, Plara ofrecerá una visita guiada a las 16:30 horas, media hora después del comienzo de la ceremonia, donde profundizará en procesos, materiales y las ideas que sostienen la serie. “Voy a estar respondiendo todas sus preguntas, explicando cada una de las piezas y profundizando en estos temas que las pinturas son como un pretexto para dialogar”, adelanta.
Aunque Raíz Prismática no está pensada como una exposición itinerante, Plara no descarta que llegue a otros espacios culturales si existe interés. De momento, esta muestra en Pinal de Amoles es su única sede confirmada en Querétaro.
La artista compagina su obra con un proyecto de bioconstrucción en Chiapas, donde ella y su pareja construyeron una casa con técnicas tradicionales como barro local y maderas de la zona. “Fue un trabajo muy arduo (…) como una artesanía a nivel arquitectura”, cuenta. Esta vivencia, profundamente vinculada con el entorno y la autosuficiencia, sigue alimentando su práctica artística: una relación continua entre paisaje, cuerpo, luz y territorio.
El horizonte creativo de Plara actúa como una búsqueda de equilibrio: “Tengo una serie que se divide entre el viaje interno y la contemplación del mundo exterior (…) siempre buscando un equilibrio entre ambas partes”. Y esa tensión, luminosa y viva, es el pulso que atraviesa Raíz Prismática de principio a fin.






