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La reina rebelde y el papá poderoso

El cristalazo

por Rafael Cardona
24 noviembre, 2025
en Editoriales
El decálogo y las sombras
170
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Alabada desde el más alto sitial de la autoridad política –en este país sinónimo de autoridad moral– por su actitud defensiva frente al tono grosero de un ejecutivo de Miss Universo, la señorita Fátima Bosch, coronada como la mujer más hermosa del mundo (al menos entre las inscritas en ese baladí concurso) ha sido favorecida –dicen los conocedores del tripero– por un conflicto de intereses en el cual su padre quería envuelto como cercano a la compañía.

Más allá de su actitud orgullosa y firme ante el lépero reclamo de Nawat Itzaragrisil, quien le llamó tonta (por incumplir un compromiso de divulgación en las redes sociales), la señorita Bosch parece haber urdido el incidente para alcanzar notoriedad, con el respaldo delos amigos internos de su papá quien además de próspero hombre de negocios en Tabasco, tiene vínculos con los dueños del certamen.
Al menos eso dice un caballero de extrañísima homonimia y larga lengua, Omar Harfuch, quien fue integrante del jurado y advirtió a tiempo las maniobras, tanto como para renunciar y anunciar mucha más información para el próximo año. Como no lo va a cumplir, quedémonos con esto:

“…En una entrevista grabada 24 horas antes de la coronación de Bosch, Harfuchsin aportar pruebas, declaró que México (El siglo de Torreón), sería la triunfadora (sic) porque Raúl Rocha, el dueño y presidente de la organización Miss Universo mantiene “negocios” con el padre de la reina de belleza, Bernardo Bosch, un empresario de larga trayectoria en la petrolera estatal Pemex”.
Sin tomar en cuenta la intrascendencia y futilidad mercantil de estos concursos, valdría la pena reflexionar por qué gozan de tanta popularidad. Yo conocí al organizador del certamen en el siglo pasado. Se llamaba Hal Glasser y me dio la más perfecta definición del negocio: esto no es otra cosa que un programa de televisión y mientras más se difunda por todo el mundo, más dinero produce con patrocinadores de marcas relacionadas con el consumo femenino.
Además, los gobiernos pagan por la promoción de sus escenarios en el mundo. Eso es todo.
Desde entonces, con el concurso en el hoy descascarado Acapulco, escuché murmuraciones sobre el resultado final. Casi todas ellas chismorreaban acerca de los favores sexuales de algunas participantes ávidas de ceñirse la corona mundial de las bonitas.
Ya no recuerdo quién ganó, pero sí tengo memoria de haber compartido la mesa con dos de los jurados: “Cantinflas” y Ursula Andress.
Por esos días Ricardo Garibay preparaba un libro sobre Acapulco. El concurso le vino como anillo al dedo. Lo acompañé con quien podía acreditarlo para cubrir ensayos y demás. Escribió un libro maravilloso y en uno de sus capítulos habla del “Miss Universo”:
“…Era el silencio que acompaña los actos lúbricos. Manolo anuncia y la señorita avanzaba arqueándose, el pubis en plan de Miura, el pecho de par en par, los brazos al hilo del cuerpo, el cuello a lo serpiente y los poderosos muslos –¡ah! los poderosos muslos, nadie sospechaba que a tan delgada columna de carne la sostuvieran esas largas, firmes y temblorosas ánforas reverberantes– partiendo en dos las miradas del respetable.
“(…) sí, me están viendo millones, estos son mis muslos, estas son mis caderas y mis nalgas, estos son mis pechos, me está viendo mediomundo, este es mi cuello y aquellos de allá abajo los hoyuelos de mis rodillas, y mi fruto, mi fruto, la paloma, escóndela, no ahora no se trata de esconder, ¿ya para qué?, al contrario, levántala, hazla ver, ¿para qué me metería yo en esta insensatez…”
Hace unos días Gonzalo Celorio ganó el premio Cervantes. El silencio oficial le dio su recompensa. Nadie lo felicitó con fervor. Hoy releo los aforismos de Edmundo O´Gorman editados jocosamente por Celorio en una edición no venal (UNAM, 1992):Dice uno de ellos:“La mujer no piensa, y cuando piensa, lo hace en otra cosa.”Y uno más:“Se vestía a crédito y se desvestía al contado”. –
–0–

Etiquetas: BoschcertamenHarfuchMiss Universo

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