Pese a la poca popularidad para consumir carne de conejo como una fuente de alimento, debido a que se cree erróneamente que es un roedor como la rata, lo cierto es que se trata de un mamífero que ofrece múltiples ventajas como una opción para combatir el problema de seguridad alimentaria al que se enfrenta la humanidad.
Por ello, la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ) trabaja en el Área Cunícola (Arcun-UAQ) diversos aspectos que van desde el manejo y reproducción del conejo, hasta el desarrollo de tecnologías y procesos amigables con el medio ambiente, proyectos de investigación científica sobre esta especie, así como en el procesamiento de su carne para generar alimentos sanos, limpios y accesibles bajo la marca 100% UAQ y, al respecto, también brinda apoyo y capacitación a productores.En este sentido, la Universidad impulsa y fomenta el desarrollo de la cunicultura -que es la actividad y técnicas de crianza de conejos- y en el Campus Amazcala, estudiantes y profesores de la Facultad de Ciencias Naturales son encargados de llevar a cabo esta labor.
El Mtro. José Guadalupe Gómez Soto, docente investigador responsable del área de conejos, señaló que dicha especie es una alternativa de alimentación que tiene diversas ventajas: son muy prolíficos, en cada parto puede haber hasta ocho crías y, aunque depende de la intensidad de reproducción, bajo un sistema semi-intensivo una coneja puede tener hasta ocho partos al año; es decir, se podrían esperar 64 crías anualmente por cada hembra.
Aunado a ello, agregó que “el crecimiento del conejo es muy rápido: a los dos meses y medio de vida pesan alrededor 2 kilos con 200 gramos y están en el momento óptimo para ser consumidos. Las canales, que son el esqueleto con la carne, tienen un costo aproximado de 100 pesos y pueden pesar un kilo 200 gramos, de los cuales 600 o 650 gramos serán de carne. Si comparamos la producción de carne que tenemos por un sólo conejo y el espacio que ocupa, esta opción resulta atractiva respecto a otras especies”.
El académico contextualizó que durante los años 70’s, en México se tuvo un gran impulso a la cunicultura; sin embargo, diez años más tarde, de China llegó al noroeste del país un cargamento de pieles infectadas con la enfermedad hemorrágica viral del conejo. En su momento, pese a las críticas, las autoridades decidieron la medida del rifle sanitario para garantizar la eliminación de dicho virus.
Así, el país logró erradicar este mal y hoy cuenta con esa ventaja respecto a otras partes del mundo pues, siempre y cuando se haga un buen manejo, no es necesario gastar en vacunación y antibióticos o fármacos de la industria pecuaria; y menos, debido, a que el animal se consume cuando todavía está en temprana edad y no ha desarrollado enfermedades.
El Mtro. Gómez Soto indicó que en México, el 80 por ciento de las granjas de conejo son de traspatio, el 15 por ciento trabajan bajo el sistema semi-intensivo y sólo 5 por ciento tiene procesos industrializados, por lo que la cunicultura es un gran nicho de oportunidad para el pequeño productor y, en este sentido, la UAQ lleva a cabo una labor de vinculación para promover y difundir el consumo de esta especie.
En el Campus Amazcala, en Arcun-UAQ se tienen 25 hembras reproductoras, 35 jaulas para engordar a las crías y cuatro machos sementales, todos de raza Nueva Zelanda. Los trabajos de investigación aplicada que ahí se realizan son sobre la alimentación de esta especie: por ejemplo, se llevan a cabo estudios respecto a la calidad y contenido de los alimentos comerciales para los conejos, encontrando que diversas marcas venden productos sin las características nutricias que ofrecen; asimismo, se hacen pruebas de comportamiento para comparar el aprovechamiento de los nutrientes que se pueden tener de cada marca, entre otros proyectos científicos.
POR: REDACCIÓN