Juan Carlos García
Para interpretar a Bruce Springsteen en la pantalla grande, Jeremy Allen White no solo tuvo que aprender a tocar la guitarra y a cantar, también tuvo que dejar de lado la imagen del ídolo musical para acercarse a él como un ser humano.
El actor, ganador del Globo de Oro, el Emmy y el SAG Award por The Bear, protagoniza Springsteen: Música de Ninguna Parte, filme que se estrenará el 24 de octubre en México y que fue presentado este fin de semana en Nueva York.
“Inicié en un lugar de miedo, sabía que tenía que comprometerme con Scott, y siempre fue lo mejor; amé el guión y quería hacer este trabajo.
“Sé lo amado que es Bruce, la relación tan íntima que hay entre fans y músicos es gigantesca, y como músico, Bruce tiene una relación muy única con sus fans, y eso lo analicé varias veces; creo que al inicio estaba preocupado por ideas muy exteriores”, comentó Jeremy Allen White en conferencia de prensa.
En la videoconferencia, el actor estuvo acompañado por el director y guionista Scott Cooper, así como por Jeremy Strong, quien interpreta a Jon Landau, manager y productor de Springsteen.
La charla fue moderada por Warren Zanes, autor de “Deliver Me from Nowhere: The Making of Bruce Springsteen’s Nebraska”, libro que inspiró la película y que narra la creación del disco más controversial de “El Jefe”.
“Mi pensamiento primario fue sacar a Bruce de ahí y dejar que me dejara ser yo, meterme a la temporada de 1981 y 1982; ver a un hombre solo en su casa, regresando de un tour, escudriñando lo que sucede en su vida, en sus pensamientos.
“Fue acercarme al hombre, a la persona. Está buscando su propio yo, su paz en casa. Así empecé a encajar”, detalló el actor de 34 años.
El filme, cuyo título original es Deliver Me From Nowhere, también cuenta con Stephen Graham como Douglas Springsteen, padre del músico; Odessa Young como Faye Romano, primer interés romántico de Springsteen; y Paul Walter Hauser como Mike Batlan, ingeniero de sonido del disco Nebraska.
Además de sumergirse en la vida emocional de Springsteen, White dedicó dos años a perfeccionar su interpretación musical, incluyendo sesiones en Nashville que le permitieron conectar con la música y el sello RCA de la época.
“Otro de los grandes momentos no es solo la tarea de interpretar a una persona, sino aprender a tocar la guitarra y a cantar, y hubo un momento en Nashville, donde se dio una cercanía muy fuerte con Nebraska, con RCA; sí hubo una cercanía muy apropiada; y esa cercanía, ese cantar y tocar la guitarra fue lo que aprendí en los dos últimos años. Aprendí mucho, conocí mucho y en Nashville fue donde sentí que sucedió esa conexión”, agregó White.
