“Los ríos atmosféricos son regiones relativamente largas y estrechas en la atmósfera, como los ríos en el cielo, que transportan la mayor parte del vapor de agua fuera de los trópicos.
Si bien los ríos atmosféricos pueden variar mucho en tamaño e intensidad, el río atmosférico promedio transporta una cantidad de vapor de agua enorme. Y cuando los ríos atmosféricos tocan tierra, a menudo liberan este vapor de agua en forma de lluvia o nieve.
Aunque los ríos atmosféricos presentan diversas formas y tamaños, aquellos que contienen mayores cantidades de vapor de agua y vientos más fuertes pueden provocar lluvias e inundaciones extremas, a menudo al estancarse sobre cuencas hidrográficas vulnerables” (NOAA, 2025- administración nacional oceánica y atmosférica-).
Pero cabe señalar que no todos los ríos atmosféricos causan daños; la mayoría son sistemas débiles que suelen proporcionar lluvia o nieve beneficiosas, cruciales para el suministro de agua. Los ríos atmosféricos son un elemento clave del ciclo hidrológico global y están estrechamente vinculados tanto al suministro de agua como a los riesgos de inundaciones.
Y según una investigación de la UNAM, 2023, en México se identificaron 31 posibles ríos atmosféricos en el país, dentro del periodo del 2016 al 2021. Asimismo, la investigación señala que los meses con mayor ocurrencia fueron diciembre, enero y febrero. Además, se registró que los estados con mayor ocurrencia fueron Baja California, Baja California Sur y Sonora, además de Sinaloa, Chihuahua y Durango. Y respecto a la precipitación acumulada durante dichos eventos, se tiene el registro para Baja California de 285mm, con un evento que duró 4 días.
Y para el caso de Querétaro hay que decir que, si es probable la ocurrencia de ríos atmosféricos, aunque no sean tan comunes como en otras regiones. Y que, además, Querétaro no se encuentra en una zona típicamente propensa a estos fenómenos, pero puede verse afectado por ellos, especialmente durante eventos de clima extremo.
Aunque Querétaro no es una zona costera, puede ser alcanzada por ríos atmosféricos provenientes del océano Pacífico o del Golfo de México, especialmente cuando hay sistemas de baja presión o frentes fríos que interactúan con la atmósfera superior.
Y la llegada de un río atmosférico a Querétaro podría provocar lluvias intensas, fuertes vientos y, en algunos casos, inundaciones o desbordamiento de ríos, como el río Querétaro.
No obstante, lo anterior, los ríos atmosféricos pueden traer beneficios a Querétaro como los siguientes:
Mayor disponibilidad de agua: Los ríos atmosféricos pueden ser una fuente significativa de recarga de agua dulce, lo que alivia la presión sobre los recursos hídricos existentes.
Impulso a la agricultura: El aumento del agua disponible puede beneficiar a los cultivos, especialmente en zonas donde la agricultura depende de la lluvia o del riego con agua subterránea.
Sostenibilidad de los mantos acuíferos: La recarga de agua subterránea a través de la infiltración de las lluvias puede ayudar a mantener los niveles de los mantos acuíferos, evitando su agotamiento.
Reducción de riesgos de sequía: Un mayor almacenamiento de agua puede ayudar a mitigar los efectos de periodos de sequía, proporcionando un colchón de seguridad para la población y la economía.
Potencial para la generación de energía hidroeléctrica: Si las condiciones son adecuadas, el aumento del caudal de los ríos podría generar oportunidades para la generación de energía hidroeléctrica.
Ahora bien, la vegetación si puede influir en los ríos atmosféricos, especialmente los bosques. Los bosques juegan un papel crucial en el ciclo del agua, incluyendo la evapotranspiración y la condensación de vapor de agua, lo que afecta la formación y dirección de estos ríos de humedad en la atmósfera.
Además de la evapotranspiración, también se considera a la condensación (Las copas de los árboles producen las partículas) debido a las partículas biológicas emitidas por los árboles, como aerosoles, que pueden actuar como núcleos de condensación, facilitando la formación de gotas de agua y, por lo tanto, la formación de lluvia, y en tercer lugar, la vegetación, puede influir en los patrones de viento locales y regionales, (que aseguran precipitaciones en la dirección del viento para el interior de los continentes) lo que a su vez puede afectar la dirección y la intensidad de los ríos atmosféricos.
Visto en su conjunto, los ríos atmosféricos son un componente importante del clima terrestre. Son responsables del 90 % del movimiento de humedad desde los trópicos hacia los polos. Esto significa que son un factor clave en la formación de nubes y, por lo tanto, tienen una influencia significativa en la temperatura del aire, el hielo marino y otros componentes del clima.
Y a guisa de un minicompendio de incidentes, les presento lo siguiente:
Una investigación financiada por la Oficina de Ciencias del Departamento de Energía (DOE) descubrió que entre 1979 y 2019, 24 ríos atmosféricos azotaron la costa oeste de Estados Unidos en promedio cada invierno.
Las tormentas que generan los ríos atmosféricos son la fuente de aproximadamente el 50 % del suministro de agua de la costa oeste de Estados Unidos.
Pusieron fin a hasta tres cuartas partes de las sequías en el noroeste del Pacífico entre 1950 y 2010.
En febrero de 2022, la ciudad de Brisbane, Australia, recibió casi el 80 % de su precipitación anual normal en tan solo seis días, proveniente de un río atmosférico.
Por otro lado, los ríos atmosféricos, se afirma, que son responsables del 90 % del transporte de humedad hacia los polos en todo el planeta”, de acuerdo con Yang Zhou, investigador postdoctoral del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley del Departamento de Energía.
Para concluir, señalaremos cuales son las principales funciones ecológicas de los ríos atmosféricos:
Distribución de agua: Los ríos atmosféricos transportan grandes volúmenes de vapor de agua desde los trópicos hacia latitudes más altas, actuando como «distribuidores» de humedad esencial para la vida a nivel global.
Suministro de agua dulce: Son cruciales para la provisión de agua dulce para los ecosistemas, la agricultura y el consumo humano, reponiendo las cuencas hidrográficas.
Mantenimiento de la nieve: En determinadas regiones, contribuyen significativamente a la acumulación de nieve, la cual es vital para el suministro de agua cuando se derrite en los meses cálidos.
Con base en todo lo anterior, hoy sabemos que no sólo existen los ríos con agua en la parte terrestre, sino también los ríos con vapor en la atmósfera; y que dichos ríos atmosféricos están influenciados por la vegetación, a partir de la evapotranspiración, la condensación y los vientos.
Dichas formaciones son, por tanto, esenciales para el mantenimiento de la buena salud de nuestro ciclo hidrológico, y un mecanismo indispensable del equilibrio radiativo (Su naturaleza les permite funcionar como grandes autopistas que distribuyen no solo humedad sino también energía en forma de calor latente, – desde las húmedas y cálidas regiones subtropicales y tropicales hacia el resto del planeta–).
