Vergonzoso, por decir lo menos, resultó el pleito entre el presidente nacional del PRI, ALEJANDRO MORENO y el senador petista, GERARDO FERNÁNDEZ NOROÑA, ayer, durante la clausura de la Comisión Permanente del Senado de la República. Como borrachos de cantina, los legisladores se empujaron y NOROÑA recibió más de un golpe seco. Y dicen que habrá revancha.
Agua puerca ni de lejos ni de cerca.



