viernes, diciembre 5, 2025
Sin resultados
Ver todos los resultados
Plaza de Armas | Querétaro
  • Andadores
  • aQROpolis
  • Editoriales
  • Efectivo
  • En tiempo real
  • Local
  • México
  • Planeta
  • Ráfagas
  • Roja
  • Andadores
  • aQROpolis
  • Editoriales
  • Efectivo
  • En tiempo real
  • Local
  • México
  • Planeta
  • Ráfagas
  • Roja
Sin resultados
Ver todos los resultados
Plaza de Armas | Querétaro
Sin resultados
Ver todos los resultados

Oficios, juegos e imágenes de Casanova

Desde la terraza

por Ariel González
26 agosto, 2025
en Editoriales
Mexico embaucado
63
VISTAS

La historia tiene muchas veces inflexibles y exactos procedimientos para definir a ciertos personajes. Dice, por ejemplo: Madame du Barry, cortesana; Francisco Pizarro, conquistador; o bien, Marlon Brando, actor. Y debemos reconocer que casi siempre acierta, porque ahora mismo nadie puede negar que Pizarro es antes que nada un conquistador o que Madame du Barry, a quien su reputación precede, entra en esa categoría de amantes palaciegas.

Todo se complica, sin embargo, cuando se pretende dictaminar sobre las ocupaciones, por ejemplo, de Nicolás Copérnico, a quien ya de entrada no es difícil presentar como canónigos, matemático y astrónomo. Que mucha gente sólo lo reconozca por su trayectoria como estudioso del universo no impide que sea todo lo demás e incluso otras cosas. Lo mismo sucede con Leonardo da Vinci, polímata por excelencia, cuyos talentos cruzaban con gran facilidad diversos saberes científicos y artísticos.

Es difícil con esta clase de personajes decir que son más de esto o de aquello; por eso muchas veces se habla de ellos únicamente como genios, así nos libramos de un dictamen comprometedor acerca de su oficio central o actividad distintiva. Pero hay otros con quienes la historia,  a la hora de catalogarlos, resulta algo injusta. No la historia profesional, desde luego, sino la historia del “dominio público”.   

Hace unos años, para un artículo sobre Giacomo Girolamo Casanova (1725- 1798), me preguntaba quién era realmente el ilustre veneciano. No me conformaban, desde luego, las definiciones de “aventurero”, gigoló y mucho menos las de “mujeriego”, así que me di a la tarea de responder apelando al “conjunto de oficios, intereses, características y vocaciones” que han enlistado sus biógrafos más serios (y exquisitos, como Stefan Zweig o Arthur Schnitzler,  quien le hicieron maravillosos retratos biográfico y literarios, respectivamente, sobre los que valdría la pena escribir desde la terraza un día de estos).

Pues bien, de ahí resultó un inventario que, ahora lo veo, resulta todavía bastante incompleto, pero es una aproximación válida. Veamos, el gran Casanova fue clérigo (por formación y por error, evidentemente, porque ningún religioso podría haber sido tan libre, como él lo fue); diplomático (por naturaleza, baste considerar sus finos modales, pero sobre todo la sutileza que empleó para sortear un sinnúmero de asuntos oficiales más bien peliagudos, para reconocerle este talante); violinista (malo, sobre todo si tomamos en cuenta que su época estuvo repleta de grandes virtuosos, algunos de los cuales fecuentaban los mismos salones que el buen Giacomo); y jugador (empedernido, supongo, porque las noches de la aristocracia transcurrían entre cartas y apuestas).

Ya con este repertorio tenemos a un Casanova más complejo, pero nos hace falta más, mucho más, para tener una imagen medianamente rigurosa de él, por lo que vamos a tener que emplear otro listado. También, huelga decirlo, era elegante (inevitablemente, participando del último grito de la moda o incluso dictándolo); filósofo (sin método y más por la costumbre de razonar por cuenta propia, aunque dueño de una cultura significativa en la materia);  bibliotecario (en función de su patente bibliofilia y, al final de su vida, como encargado de la biblioteca del conde de Waldstein en su castillo de Duchcov en Bohemia, hoy República checa); militar (fugazmente, en concordancia con su sensibilidad);  traductor (de muchas luces, pues hablaba varios idiomas); matemático (frustrado, pero su sola ambición cuenta); comediógrafo (menos que regular);  viajero (instaló y levantó su campamento por toda Europa);  empresario de teatro (fracasado, como la gran mayoría) y hasta periodista cultural (un pionero, pero sin mayor trascendencia, pues todos sus proyectos editoriales –semanarios y revistas– terminan como empiezan: muy pronto).

¿Algo más? Sí, sin duda, porque su vida está poblada de anécdotas que lo muestran de mil formas distintas, como un camaleón encantador que simula ser lo que el colorido de las circunstancias exige. Cuentan, por ejemplo, que ante un rico veneciano que acababa de sufrir un problema cardiovascular se hizo pasar por médico y, por supuesto, “lo curó”, obteniendo una paga extraordinaria. La magia y otras disciplinas esotéricas también le fascinaron, aunque su inteligencia, de natural científica, le impedía creer en ninguna superchería.

No debemos pasar por alto que fue un gran prófugo: escapó de las Cámaras de Plomo, lo que le fue celebrado toda la vida. Y desde luego,  aún nos faltaría su mayor actividad, la que le ha dado fama universal como seductor, gran amante y audaz libertino (“me sentí nacido para el bello sexo; lo he querido toda mi vida, y me he dejado querer tanto como he podido”). E igualmente su faceta como extraordinario cronista y literato, donde sus memorias ocupan un lugar muy destacado. 

Se acaban de cumplir los 300 años de su nacimiento.  He querido evocarlo, así sea a vuelo de pájaro, porque su encanto merece ser recordado muchos siglos más.

@ArielGonzlez

FB: Ariel González Jiménez

Etiquetas: CasanovaliteraturaMadame du BarryMarlon BrandoPizarro

RelacionadoNoticias

¿Por qué el maltrato?

Finalmente, ante Trump

5 diciembre, 2025
El decálogo y las sombras

Se agudiza la crisis en el IPN

5 diciembre, 2025
Guardia Nacional: ¡déjenla aterrizar en el México real!

Sábado: siete años de resultados, dicen

5 diciembre, 2025
Querétaro le dice no al trabajo infantil: la infancia no se negocia

Cuando la juventud participa, todo se transforma

5 diciembre, 2025
Siguiente noticia
Reconoce a la Ministra Ana Margarita Ríos Farjat

Reconoce a la Ministra Ana Margarita Ríos Farjat

 

 

 

Categorías

  • Andadores
  • aQROpolis
  • Cartón
  • Editoriales
  • Efectivo
  • En tiempo real
  • Fuego amigo
  • Fuente de El Marqués
  • Local
  • México
  • Planeta
  • Portada
  • Ráfagas
  • Roja

Enlaces Internos

  • Aviso de Privacidad
  • Aviso Legal
  • Contacto
  • Aviso de Privacidad
  • Aviso Legal
  • Contacto

© 2020 MEDIOS AQRÓPOLIS S.A. DE C.V. Todos los derechos reservados.

Sin resultados
Ver todos los resultados
  • Andadores
  • aQROpolis
  • Editoriales
  • Efectivo
  • En tiempo real
  • Local
  • México
  • Planeta
  • Ráfagas
  • Roja

© 2020 MEDIOS AQRÓPOLIS S.A. DE C.V. Todos los derechos reservados.

Este sitio web utiliza cookies. Al continuar utilizando este sitio web, usted está dando su consentimiento para el uso de cookies. Visite nuestra Política de privacidad y cookies.