Quién iba a decir que 55 años después iba a regresar como presidenta, dijo en un suspiro Claudia Sheinbaum luego de mostrar una fotografía de ella misma vestida con un huipil indígena a los ocho años en esa zona.
“Me da mucha emoción, quién iba a pensar entonces que iba a regresar 55 años, después como presidenta de la República”, dijo ante cientos de mujeres artesanas, tejedoras y bordadoras de huipiles reunidas en un campo de pasto sintético.
La presidenta, que llegó a entregar créditos a la palabra para mujeres artesanas, recordó que desde niña su madre la traía aquí a comprar huipiles bordados y mostró incluso la fotografía que le mandó esta mañana.
“Soy la primera mujer presidenta y quiero decirlo con humildad, pero también con fuerza: ser la primera me obliga a mirar a todo el pueblo, pero en especial a las mujeres de nuestro país, a las mujeres campesinas, a las mujeres trabajadoras, a las mujeres jóvenes, a las mujeres mayores, pero sobre todo me obliga a mirar a las mujeres indígenas, a las que durante siglos fueron las más invisibles las más excluidas, a las más olvidadas, eso quedó en el pasado, eso ya no”, aseguró.
En Xochistlahuaca, a cinco horas de Acapulco, Sheinbaum habló de la grandeza de las tejedoras indígenas que han sostenido la cultura incluso la economía de esta zonas.
Por eso, agregó, el programa Apoyarte entregará 500 millones de pesos, en créditos de 30 mil pesos, a tejedoras de la región del amuzgo y la mixteca.
“Queridas hermanas: este año lo hemos dedicado a la mujer indígena, y no sólo es un símbolo, es una decisión de Gobierno, una política de Estado y un compromiso moral, reconocemos su aportación, como parte central de nuestra identidad y de nuestro futuro”, agregó en el cierre de su gira por Guerrero.
Desde el Pueblo de Amuzgo, en el estado de Guerrero, la Presidenta Sheinbaum Pardo encabezó la entrega de Créditos a la Palabra para mujeres artesanas que se dedican a la elaboración de textiles, particularmente del tradicional huipil, con el objetivo de garantizar su comercialización a precios justos y el bienestar de las mujeres indígenas y afrodescendientes.
“Por eso hoy venimos a entregar el Crédito a la Palabra para que las mujeres artesanas de todo el Pueblo Amuzgo, de sus cinco municipios, puedan vivir con bienestar. Lo hacemos de esta manera, sin trámites engorrosos, sin intermediarios, sin condiciones injustas, lo hacemos confiando en ustedes, porque la palabra de una mujer indígena, artesana, vale más que cualquier firma o cualquier contrato.
“Lo que queremos no es solamente que se conserve el huipil y el tejido de cintura, el telar de cintura y lo que ustedes hacen, sino que se garantice el bienestar de las mujeres artesanas, que puedan vivir de su trabajo. Entonces es conservación y al mismo tiempo bienestar, eso es lo que se tiene que garantizar con este programa”, informó en un Encuentro con Mujeres Artesanas del Pueblo Amuzgo.







