Mía Cueva Lobato se quedó cerca de su segundo oro en los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025, pero una vez ella y Lía tuvieron que conformarse con la plata y el bronce, respectivamente, pero ahora en trampolín 3 metros.
Mía se tuvo confianza a la hora de ejecutar su último clavado. Desde las gradas, sus papás y hermanito la miraba y le daban ese extra de seguridad que la llevaron hasta la medalla de plata con 319.45 puntos.
Abajo, su gemela Lía no perdía detalle de cada uno de sus movimientos. La conexión entre las hermanas es inexplicable con momentos de alta presión, sobretodo cuando compiten a nivel individual.
“Yo siento muy bonito cuando ella se sube al trampolín, que esté ahí, que esté cumpliendo sus metas y que siga así, cumpliendo todo lo que se proponga. Nos corregimos nuestro clavado y nos decimos ‘aprieta más las piernas’, y con mis papás rezamos mucho porque son ellos esto no sería posible”, comentó Lía.
Ese sentimiento también no es unilateral.
Mía se concentraba en su ejecución y en las calificaciones que recibía su gemela, pues era fundamental que ambas subieran al podio antes de regresar a México.
“Me entra algo de nervios, la verdad, porque yo estoy ahí sentada y va ella y me da miedo que tire porque se sienten muchas mariposas (en el estómago) y siempre deseo que le vaya bien”, dijo la atleta de 14 años.
