En noviembre de 2024, el Gobierno de México presentó el Plan Nacional Hídrico 2024–2030, una estrategia integral orientada a garantizar el derecho humano al agua, asegurar la sostenibilidad de los recursos y promover una gestión responsable del agua en todo el país. Se articula en cuatro ejes fundamentales: política hídrica y soberanía nacional; justicia y acceso al agua; mitigación y adaptación al cambio climático; y gestión integral y transparente.
El plan incluye acciones concretas como ordenar las concesiones de agua para evitar su acaparamiento, digitalizar trámites para hacerlos más transparentes, tecnificar el riego agrícola, desarrollar infraestructura estratégica en zonas con alto estrés hídrico y sanear ríos contaminados. Se estima una inversión federal superior a los 50 mil millones de pesos para infraestructuras como acueductos, presas y plantas desaladoras.
En este contexto, Querétaro destaca como uno de los estados con mayor estrés hídrico del país. Conagua califica al estado con una puntuación de 4.71, en una escala de 1 a 5, lo que sitúa al estado entre los más afectados del país, con una demanda que supera con creces la disponibilidad natural del recurso .
En junio de 2025, Querétaro suscribió el Acuerdo Estatal por el Derecho Humano al Agua y la Sustentabilidad, alineado al Plan Nacional Hídrico. Este compromiso garantiza acceso equitativo al agua sin endeudar al estado ni privatizar el recurso, y está diseñado para beneficiar a más de dos millones de personas en los próximos 50 años.
Querétaro no solo enfrenta una grave crisis hídrica, sino que está trazando un rumbo más sólido y sostenible. Gracias a la sincronización con el Plan Nacional Hídrico, me complace compartir que desde el Consejo Consultivo del Agua estamos construyendo un andamiaje técnico, y social que aspira a representar las voces de cada sector. El programa pretende ser un modelo emergente de gobernanza hídrica que transformará el desafío en oportunidad.







