viernes, diciembre 5, 2025
Sin resultados
Ver todos los resultados
Plaza de Armas | Querétaro
  • Andadores
  • aQROpolis
  • Editoriales
  • Efectivo
  • En tiempo real
  • Local
  • México
  • Planeta
  • Ráfagas
  • Roja
  • Andadores
  • aQROpolis
  • Editoriales
  • Efectivo
  • En tiempo real
  • Local
  • México
  • Planeta
  • Ráfagas
  • Roja
Sin resultados
Ver todos los resultados
Plaza de Armas | Querétaro
Sin resultados
Ver todos los resultados

Resplandor del perdón en Hiroshima

A 80 años de las 8:15 en que el demonio desató el infierno

por Diana Bailleres
11 agosto, 2025
en aQROpolis, Destacados
Unen esfuerzos UAQ y 16 compañías para incentivar asistencia al teatro

La cúpula de Genbaku: Este sitio no sólo es un símbolo descarnado y recio de la fuerza más destructiva creada por el hombre en toda su historia, sino también una encarnación de los anhelos de paz mundial y de una supresión definitiva de todas las armas nucleares.

20
VISTAS

Es que me sucede siempre. No sé por qué. Puedo olvidar muchas fechas históricas, menos esa: 6 de agosto, la explosión de la bomba de Hiroshima. Es como si recordara algo muy doloroso y así fue. Me asalta una profunda tristeza y la busco en estas fechas para no olvidar ni que la humanidad olvide lo cruel que puede ser ejercer la ciencia para la destrucción. Una energía que puede ser tan benéfica para tantos males que aquejan a los seres humanos hoy día y que, sin embargo, puede desaparecernos, sin más.

Tuve ocasión hace tiempo, de conocer personalmente a uno de los miles de sobrevivientes de Hiroshima quienes se han dedicado, apoyados por el gobierno japonés al activismo pacifista en el mundo. Vino a la universidad donde yo trabajaba y unas cuantas personas lo acompañamos en un ritual en el que sobresalían detalles de la filosofía shintoísta que ha permeado al pueblo japonés durante milenios, como los silencios, el respeto al tiempo y los elementos, las oraciones breves, casi imperceptibles y por último, intervine entonando el himno de paz, que es Imagine de John Lennon.

Estos rituales los han hecho desde hace medio siglo y paradójicamente, en los primeros años posteriores a la devastación de las dos ciudades abatidas por las bombas de hidrógeno y plutonio, las más poderosas en ese entonces, poco o casi nada se ha dicho del nulo apoyo que las víctimas sobrevivientes recibieron del gobierno nipón y las fuerzas de ocupación estadounidenses.

Las crónicas que hablan abiertamente de los estragos que la explosión dejó en la población son en realidad pocas, pero los testimoniales fotográficos y documentos cinematográficos hablan por sí mismos. El pueblo del sol naciente parece haber guardado silencio durante estos ochenta años en los que cada año, oran, rezan y meditan frente al memorial en las ciudades de Hiroshima y Nagasaki. La bóveda de fierros retorcidos del único edificio que quedó en pie en la zona cero ha quedado para testimoniar la destrucción y en mi percepción: la barbarie.

Hace poco alguien me preguntó por qué Japón se recuperó hasta ser una potencia económica como lo es; para responder pensé brevemente que el shintoismo religión predominante entre su población habría sido un factor determinante. Como la ceremonia del té, todo se hace lentamente y en consciencia. Un viejo conocido mío que visitó una fábrica de amplificadores de sonido en Japón, preguntó a uno de los obreros por qué pegaba las etiquetas manualmente si lo podía hacer una máquina a mayor velocidad y su respuesta fue, que su religión prescribía ese tiempo, un tiempo que ellos han sabido adaptar a la velocidad del capitalismo al que fueron obligados a desarrollar desde la humillante rendición que el emperador Hirohito firmó en el acorazado USS Missouri en 1945.

La prestigiada cadena alemana Deutsche Welle, ha lanzado en estas memorables fechas, a través de un documental de la cineasta Akiko Mikamo hija de Shinji, sobreviviente de aquella mañana infernal, la voz de su padre, y cómo al lado de su abuelo, pudieron triunfar sobre la muerte aquel día y en una narrativa conmovedora a todas luces por las heridas corporales que le había dejado en el ochenta por ciento del cuerpo, enfrentar el resplandor que nadie sabía qué era aquello que había incendiado la ciudad, Shinji que vivió hasta 94 años, al final testimonia que jamás reclamó nada a nadie y que perdonó el daño que les habían inferido.

Las palabras de Shinji en sus últimos años me dijeron más que todo lo que había leído sobre Hiroshima y Nagasaki: perdonar; un verbo que en el mundo cristiano nadie entiende; la guerra entre israelíes y palestinos, que se libra en Medio Oriente no la tiene en su vocabulario y a quinientos años de la llegada de los europeos a nuestro territorio, los herederos de la cultura que produjo una invasión militar, expansionista, espiritual y malamente ambiciosa todavía reclaman y aluden a pérdidas que la experiencia no puede volver en el tiempo y somos lo que somos por todo ello.

Imaginemos siquiera por un momento lo que los líderes mundiales hacen a nuestras espaldas. Las restricciones a la producción de armas nucleares son letra muerta. ¿Sabemos a ciencia cierta cuántas ojivas nucleares se hallan instaladas en el planeta y cuál es su potencia destructiva? Expertos en el tema hablan de más de 2000 y con una potencia 200 veces mayor a la de Little Boy que cayó sobre Hiroshima a las 8:15 del 6 de agosto.

Hace veinte años trabajé con una consultora alemana y me enseñaron todo lo que ellos han adelantado en materia de ecología y cuidado de los recursos naturales, pero sobre todo su solidaridad y cooperación con comunidades precarias y endebles en su desarrollo y así resarcir los daños que el nazismo hizo al mundo, una etapa de su historia que tratan de olvidar. En toda guerra en la que se intervenga, alguien tendrá que perder y aun cuando se gane también se pierde y lo que más pierde la humanidad amén de vidas, es un trozo de nuestra espiritualidad más iluminada y lúcida que nos acompaña desde que llegamos a la vida. Perdonar es la palabra para nuestro presente y tal vez entender su significado la mayor ganancia para alcanzar la paz.

Etiquetas: ataqueatómicabombaHiroshimaJapón

RelacionadoNoticias

Los campesinos mantienen bloqueos

Los campesinos mantienen bloqueos

5 diciembre, 2025
Norris no le pedirá ayuda a Piastri

Mora entre los 100 mejores jugadores del Mundial

5 diciembre, 2025
Venden piratería 70% de negocios

Venden piratería 70% de negocios

5 diciembre, 2025
Exigen a Rusia devolver a menores ucranianos trasladados a la fuerza

Maduro “ha roto todos los tratos”

5 diciembre, 2025
Siguiente noticia
Esperan recorte de Fed en septiembre

Esperan recorte de Fed en septiembre

 

 

 

Categorías

  • Andadores
  • aQROpolis
  • Cartón
  • Editoriales
  • Efectivo
  • En tiempo real
  • Fuego amigo
  • Fuente de El Marqués
  • Local
  • México
  • Planeta
  • Portada
  • Ráfagas
  • Roja

Enlaces Internos

  • Aviso de Privacidad
  • Aviso Legal
  • Contacto
  • Aviso de Privacidad
  • Aviso Legal
  • Contacto

© 2020 MEDIOS AQRÓPOLIS S.A. DE C.V. Todos los derechos reservados.

Sin resultados
Ver todos los resultados
  • Andadores
  • aQROpolis
  • Editoriales
  • Efectivo
  • En tiempo real
  • Local
  • México
  • Planeta
  • Ráfagas
  • Roja

© 2020 MEDIOS AQRÓPOLIS S.A. DE C.V. Todos los derechos reservados.

Este sitio web utiliza cookies. Al continuar utilizando este sitio web, usted está dando su consentimiento para el uso de cookies. Visite nuestra Política de privacidad y cookies.