Virginia Hernández Vázquez
Mientras unos niños cargan mochilas, otros cargan el mundo en la espalda.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el mundo existen 138 millones de niños que trabajan. No están en la escuela ni jugando: están cargando, limpiando o vendiendo. Son infancias interrumpidas, puestas a trabajar antes de tiempo, obligadas a asumir responsabilidades que no les corresponden.
En Querétaro, la defensa de los derechos de niñas, niños y adolescentes va más allá de un discurso, se trata de una convicción que se traduce en acciones concretas, firmes y contundentes. Y desde la Secretaría de la Juventud, lo celebramos y respaldamos, convencidos de que tenemos que proteger a nuestras niñas y niños del trabajo infantil.
La instalación de las Comisiones Interinstitucionales para Erradicar el Trabajo Infantil en los 18 municipios del estado es un claro reflejo de que aquí no hay espacio para la indiferencia. Aquí, los derechos de la infancia se defienden y se garantizan.
Ver a niñas y niños trabajando en las calles o en entornos inseguros no puede normalizarse. Es una herida abierta queexige una respuesta inmediata. Por eso es tan valioso el trabajo coordinado entre el Gobierno del Estado, los municipios, el Congreso Local y la Sociedad Civil. Porque cuando sumamos esfuerzos, los resultados son reales: 86 menores rescatados, 63 protocolos activados, y lo más importante, 86 historias de vida que hoy tienen una nueva oportunidad.
Por ello reconozco la valentía y sensibilidad del gobernador Mauricio Kuri, quien ha puesto a la persona, en este caso a las niñas y niños, en el centro de las decisiones públicas. Y también reconozco el trabajo de presidentes municipales como Felifer Macías, quien ha hecho del rescate de niñas y niños en situación de calle una verdadera causa de ciudad. Más de 200 menores atendidos con alimento, educación y acompañamiento digno. Esto es gobernar con el corazón.
Desde nuestra trinchera, en la SEJUVE, sabemos que las juventudes también tienen una voz poderosa en esta lucha. Porque proteger a la niñez es también preparar el terreno para que los adolescentes y jóvenes crezcan en entornos donde se respeten sus derechos, se valoren sus sueños y se les acompañe a alcanzar su máximo potencial.
Querétaro está marcando la pauta a nivel nacional. Somos una de las cinco entidades con menor tasa de trabajo infantil en el país, y esto es resultado de una política pública seria, humana y constante.
No perdamos de vista lo esencial: detrás de cada número hay un rostro, una historia, un futuro. Erradicar el trabajo infantil es una causa moral. Y también es una apuesta por un Querétaro más justo, más libre y más igualitario.
La CITI (Comisión Interinstitucional para la Erradicación del Trabajo Infantil) es un gran ejemplo de cómo se pueden lograr grandes cosas cuando trabajamos de forma transversal y con visión de largo plazo. Porque sí, el desarrollo verdadero se construye con justicia social, y no hay justicia si dejamos atrás a la niñez.
Sigamos construyendo un Querétaro donde ningún niño y niña tenga que elegir entre trabajar y estudiar, sobrevivir y crecer, entre jugar o arriesgar su vida. Avancemos con pasos firmes hacia un estado que proteja a su infancia, la escuche y la haga valer.
Porque cuando cuidamos a nuestra niñez, estamos asegurando un futuro digno. Y en Querétaro, esa dignidad no se discute, no se condiciona y no se negocia.








