Guardar y organizar tu mochila de manera adecuada no solo prolonga la vida útil de la misma, sino que también mejora tu comodidad y salud al cargarla. Ya sea que uses una mochila clásica como la Fjällräven Kånken, una resistente Samsonite o una moderna Herschel Supply Co, estos consejos te ayudarán a sacarle el máximo provecho y mantener tu mochila morral en óptimas condiciones por mucho tiempo.
Organización interna: Distribución del peso y espacio
La organización interna de la mochila es fundamental para que el peso se distribuya adecuadamente y para que tus pertenencias estén accesibles y protegidas. Para evitar molestias y posibles lesiones, es importante que el peso se concentre cerca de la espalda y en la parte media-alta de la mochila. Esto se debe a que colocar los objetos más pesados lejos de la espalda o en la parte baja puede generar un desequilibrio que provoque tensión en la columna y los hombros.
Por ejemplo, si usas una mochila como la Fjällräven Kånken, que es muy popular en México por su diseño sencillo y colores vibrantes, es recomendable colocar libros pesados o la laptop cerca de la espalda y a la altura de los hombros. Esto ayuda a mantener el centro de gravedad y evita que la mochila jale hacia atrás, lo que puede causar dolores lumbares. En el caso de mochilas más grandes como las Samsonite, que suelen usarse para viajes o trabajo, la distribución del peso debe ser aún más cuidadosa, colocando los artículos pesados en la parte media de la mochila y cerca del cuerpo para facilitar el transporte.
Los artículos ligeros, como ropa o saco de dormir, deben ir en la parte inferior para dar estabilidad a la mochila y evitar que esta se desbalancee. En las mochilas urbanas, como las Herschel Supply Co, que combinan estilo y funcionalidad, es común aprovechar los diferentes compartimentos para distribuir la carga de forma equilibrada, colocando objetos pesados a los lados derecho e izquierdo para evitar desequilibrios que puedan afectar a tu postura.
Además, una técnica muy útil para ahorrar espacio y mantener la ropa organizada es enrollarla en lugar de doblarla. Esto no solo ayuda a maximizar el espacio, sino que también reduce las arrugas. Para quienes viajan con frecuencia, el uso de bolsas de compresión es una excelente opción para mantener la ropa compacta y ordenada dentro de la mochila. Por último, es importante proteger objetos frágiles como electrónicos envolviéndolos en prendas suaves o en fundas acolchadas para evitar daños durante el transporte.

Qué llevar y qué dejar fuera
Una parte esencial para guardar correctamente tu mochila es saber qué llevar y qué dejar fuera. En México, donde la vida diaria puede ser muy activa y el clima varía según la región, es importante no sobrecargar la mochila con objetos innecesarios. Esto es especialmente relevante para mochilas urbanas o escolares, como las populares Fjällräven Kånken o Herschel Supply Co, que suelen usarse a diario para trasladar libros, laptops y otros objetos personales.
Para evitar cargar peso extra, lo ideal es hacer una revisión periódica del contenido de tu mochila y eliminar aquello que no usas. Por ejemplo, si tienes acceso a un casillero en la escuela o en el trabajo, guarda ahí los artículos que no necesitas llevar contigo todo el tiempo, como libros que solo usas en ciertas clases o documentos que puedes dejar en la oficina. En viajes o excursiones, prioriza la versatilidad en la ropa para reducir la cantidad de prendas y evita llevar objetos duplicados o que no sean esenciales.
Además, en México es común que muchas personas lleven botellas de agua reutilizables, snacks o paraguas, dependiendo de la temporada. Estos objetos pueden ocupar espacio y aumentar el peso, por lo que es recomendable elegir versiones compactas o plegables para facilitar su almacenamiento dentro de la mochila morral.
Técnicas para empacar según el tipo de mochila
Cada tipo de mochila tiene características y usos distintos, por lo que la forma de empacarla también debe adaptarse a estas particularidades. Las mochilas urbanas, como la Fjällräven Kånken o las Herschel Supply Co, son ideales para el día a día y viajes cortos. Estas mochilas cuentan con compartimentos específicos para laptops, tablets y otros objetos personales, lo que facilita mantener todo organizado y protegido. En este tipo de mochilas, es importante colocar los objetos pesados cerca de la espalda y utilizar los bolsillos laterales para botellas o artículos de acceso rápido, como el celular o las llaves.
Por otro lado, las mochilas de viaje o trekking, como las Samsonite o mochilas de mayor tamaño, requieren una planificación más cuidadosa. Aquí es vital seguir una distribución estratégica para que el peso se distribuya de manera equilibrada y la mochila sea cómoda de cargar durante largos periodos. Por ejemplo, el saco de dormir y la ropa ligera deben ir en la parte inferior, mientras que el equipo pesado, como la carpa o los utensilios, debe colocarse cerca de la espalda y en la parte media.
Los objetos que necesites rápidamente, como una chamarra impermeable o un botiquín, deben ir en la parte superior o en bolsillos externos para facilitar el acceso sin tener que desarmar toda la mochila.
Además, en las mochilas de trekking es recomendable utilizar bolsas internas o cubos organizadores para separar la ropa limpia de la sucia, así como para mantener ordenados los distintos tipos de equipo. Esto no solo facilita encontrar lo que buscas, sino que también ayuda a mantener la mochila en buen estado y evitar que los objetos se dañen o ensucien.
Cómo guardar la mochila cuando no la usas
Guardar la mochila correctamente cuando no está en uso es tan importante como organizar su contenido. En México, donde el clima puede ser húmedo en algunas regiones o muy seco en otras, es fundamental proteger la mochila para evitar daños por polvo, humedad o exposición prolongada al sol.
Una recomendación básica es no apilar las mochilas horizontalmente unas sobre otras, ya que esto puede deformar las telas y dañar las correas por el peso acumulado. En lugar de eso, lo ideal es guardar las mochilas en posición vertical, como si estuvieran “de pie”, para evitar arrugas y deformaciones que afecten su apariencia y funcionalidad.
Para protegerlas del polvo y la luz, especialmente si son mochilas de marcas premium como Herschel Supply Co o Fjällräven, es recomendable usar fundas de tela o bolsas de lona. Esto ayuda a preservar los colores y materiales, evitando que se desgasten o se manchen con el paso del tiempo.
Si la mochila es blanda y no se sostiene por sí sola, una buena técnica es acolchar por dentro con prendas suaves o papel para que mantenga su forma y no se deforme mientras está guardada. También es importante evitar colgar la mochila por largos periodos, ya que esto puede dañar las correas, especialmente si la mochila es pesada o si las correas no están diseñadas para soportar ese tipo de tensión constante.







