- Hay 135 cardenales en condición de votar y ser votados por el Papa 267
- Luis Humberto Fernández, cerca de Claudia Sheinbaum en lo del Tren
- El diputado federal Mario Calzada, del PRI, sí estuvo en el banderazo
- Por definir estación en la Capital; todo apunta hacia la Zona Militar
Dos tercios.
Para elegir al Pontífice número 267, habrá 135 cardenales menores de 80 años, aunque dos ya se excusaron por temas de salud. Es decir, 133 con todos los elementos para votar y ser votados.
El camino hacia el 267º Pontífice pasa por el Colegio Cardenalicio, creado para evitar la prolongación de la Sede vacante. Para la elección del Pontífice se requiere una mayoría cualificada de dos tercios de los votos.
El Cónclave, ya inminente, es el 76º de la historia de la Iglesia; el 26º celebrado bajo los auspicios del Juicio Final de Miguel Ángel.
Explica El Vaticano que el término Cónclave, que deriva del latín ‘cum-clave’, designa un espacio reservado en la casa, precisamente ‘cerrado’. En el lenguaje de la Iglesia se utiliza para indicar tanto el lugar cerrado donde tiene lugar la elección del Pontífice como el Colegio de Cardenales llamado a elegir al nuevo Papa.
Lo que está a punto de abrirse es el septuagésimo sexto Cónclave estructurado en la forma que hoy conocemos, a partir de lo establecido por Gregorio X en 1274. En el período anterior a esta fecha, se hablaba simplemente de la elección del Pontífice. Durante los primeros 1.200 años aproximadamente de la historia de la Iglesia, el sucesor de Pedro, como Obispo de Roma, era elegido de hecho con la participación de la comunidad local. El clero examinaba a los candidatos propuestos por los fieles y el Papa era elegido por los obispos. Del siglo IV al XI, la elección también estuvo marcada por la cuestión de las influencias externas: emperadores romanos, carolingios y otros intentaron de diversas maneras controlar el proceso de designación del Papa.
Como era de esperarse, a lo largo de los siglos, se han producido cambios que han configurado el entramado del Cónclave hasta nuestros días. El primero en intervenir en este sentido fue el Papa Nicolás II en 1059 con la bula In nomine Domini. Este documento establecía, en particular, que sólo los cardenales podían elegir al Romano Pontífice. Esto fue ratificado definitivamente por la Constitución Licet de vitanda promulgada por Alejandro III en 1179. Introdujo la necesidad de una mayoría de dos tercios de los votos, un elemento importante en la elección del Papa que ha llegado hasta nuestros días.
En 1268 tuvo lugar un capítulo descrito por muchas fuentes históricas. Dieciocho cardenales se reúnen en el Palacio Papal de Viterbo para elegir al Papa. Es el «Cónclave» más largo de la historia. El Papa es elegido después de dos años y nueve meses. Son momentos difíciles. Durante este largo tiempo, los habitantes de Viterbo, exasperados, deciden encerrar a los cardenales en el Palacio. Se tapian las puertas y se quita el tejado. Gregorio X, archidiácono de Lieja, que se encontraba entonces en Tierra Santa, es finalmente elegido. En 1274 promulgó la Constitución Ubi periculum con la que se estableció oficialmente el Cónclave. Entre otras cosas, establece que debe celebrarse en un lugar «cerrado» por dentro y por fuera.
Según estas disposiciones, recuerda El Vaticano, el primer Cónclave de la historia, tras la promulgación de la constitución Ubi periculum, fue el de Arezzo en 1276 con la elección de Inocencio V. En 1621, Gregorio XV introdujo la obligación del voto secreto y escrito. En 1904, Pío X prohibió el pretendido derecho de exclusividad en cualquiera de sus formas. También introdujo la obligación de guardar secreto sobre lo sucedido en el Cónclave, incluso después de la elección, y la regla de conservar la documentación, a disposición sólo del Papa.
Ya en este siglo, tras la guerra, Pío XII promulgó en 1945 la Constitución «Vacantis Apostolicae Sedis», que introdujo algunas novedades. En particular, desde el momento en que comienza la Sede vacante, todos los cardenales -incluidos el Secretario de Estado y los Prefectos de las Congregaciones- cesan en sus cargos, con excepción del Camarlengo, el Penitenciario y el Vicario de Roma. Con el Motu Proprio Ingravescentem Aetatem Pablo VI decidió entonces que los cardenales sólo podrían ser electores hasta los 80 años.
La legislación vigente en la actualidad para la elección del Papa es la Universi Dominici Gregis, promulgada por el entrañable Juan Pablo II en 1996 y modificada por Benedicto XVI en 2013.
Establece, entre otras cosas, que el Cónclave debe celebrarse en la Capilla Sixtina, definida como la Via Pulchritudinis, el camino de la belleza capaz de guiar la mente y el corazón hacia lo Eterno. El Motu Proprio De Aliquibus Mutationibus in Normis de Electione Romani Pontificis de Benedicto XVI también establece que, después de 34 votaciones en las que no se ha producido ninguna elección, los cardenales deben votar por los dos nombres que hayan recibido más votos en la última votación, manteniendo -incluso en la segunda vuelta- la regla de la mayoría de dos tercios, necesaria para elegir al nuevo pastor de la Iglesia universal.
Son los magníficos e imponentes frescos de Miguel Ángel los que velan por la elección del Romano Pontífice. Un nuevo capítulo de la historia de la Iglesia está a punto de abrirse en la Capilla Sixtina. Hacia esta «Via Pulchritudinis», que permanece cerrada por el Cónclave, se extienden los ojos y las esperanzas del mundo, a la espera de vislumbrar el rostro y conocer el nombre del nuevo Obispo de Roma.
El mundo aguarda.

Los cardenales menores de 80 años tienen derecho a votar en la elección del nuevo Pontífice, que comienza el 7 de mayo en la Capilla Sixtina: en principio 133 de 252.
Foto: Agencia
-OÍDO EN EL 1810-
El dato.
Dos cardenales no estarán presentes en el Cónclave, que comenzará el 7 de mayo, debido a problemas de salud. Por ahora, por tanto, serán 133 los cardenales que participarán en la elección del próximo Papa. Estas son las últimas actualizaciones proporcionadas por Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
Informó que en la Sexta Congregación General, que tuvo lugar ayer, estuvieron presentes 183 cardenales, de los cuales 124 eran electores.
Tic tac.
-¡PREEEPAREN-
Más del tren.
Que el domingo en Pedro Escobedo todos querían su foto con la presidenta Sheinbaum y fue el gobernador Kuri quien la acercó con los legisladores, entre los que sí estaba -aunque de sombrero y lentes- el diputado federal por el V Distrito, Mario Calzada Mercado, del PRI.
Me comentaron también que hubo especial atención para el diputado morenista Luis Humberto Fernández, cercano a la mandataria.
Doy fe.

Foto: Mauricio Kuri

-¡AAAPUNTEN!-
Serenos.
Algunos morenistas y colegas quieren ver señales en la elección de Escobedo para el banderazo al proyecto del tren, en tratándose de un municipio gobernado por Morena.
La verdad es que se buscó enfriar el tema San Juan del Río, en donde hay más candidatos que palomas.
¿A poco no?
-¡FUEGO!-
Por cierto.
Que sigue sin decidirse la ubicación de la terminal ferroviaria de la capital, aunque muy probablemente se opte por ubicarla en terrenos del Campo Militar, cercanos a San Antonio de la Punta y Santa Maria Magdalena, con una visión de largo plazo.
Otros prefieren la antigua y muy bella estación, ubicada en una zona ya limitada y conflictiva.
Ganaron los verdes. Y no me refiero a los del partidito.
¡Porca miseria!