Madres de infancias aprobaron la iniciativa de ley presentada por el gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri González, que busca prohibir el acceso a redes sociales a menores de 14 años y requerir consentimiento parental para adolescentes de 15 a 17 años. Asimismo, incluye la prohibición del uso de teléfonos inteligentes en el sistema educativo estatal. Fue sobre este último punto en el que se mostraron positivas, puesto que opinan que se han perdido ciertas habilidades de estudio debido al uso de celulares en las aulas.
Para Mariana, madre de una niña de 11 años y estudiante de sexto grado en la Escuela Primaria ‘Constituyentes De 1857-1917’ en la capital queretana; el uso de los celulares en las escuelas ha provocado que se queden en el olvido las búsquedas en los libros y en las bibliotecas por parte de las infancias. Además, resaltó que los docentes ya ni siquiera se empeñan por preparar sus clases, puesto que se confían en el uso de las páginas web.
“Es muy diferente todo, ya no buscan nada en el libro, ya nada de bibliotecas, ya nada de eso. Nada más buscan en internet, en un teléfono, todo es más rápido; ya tampoco los maestros les enseñan tan bien. Como que se apoyan mucho en eso. Ya nada más es en una página, de que: ‘sáquenme esta tarea y listo’, pero yo siento que no debe ser así”, expresó.
Al igual que Mariana, Samantha, madre de dos niñas que cursan primaria y secundaria en la misma escuela, respectivamente; piensa que la iniciativa de ley propuesta por el gobernador puede beneficiar a las niñeces y adolescentes. Consideró que esta ley sí los puede proteger “de cualquier abuso en internet” en una época en la cual abunda el uso desmedido de las redes sociales y los celulares.
“Pienso que es una buena medida porque, hoy en día, los niños sí están muy metidos en la tecnología y, aparte de eso, sí sería bueno para protegerlos a ellos de cualquier abuso en internet. Yo, por ejemplo, tengo una niña de 14 años: el celular sí lo utiliza para estar en contacto a la hora de entrada y salida (en horas escolares), pero sí estoy de acuerdo en que lo quiten, normalmente no lo ocupan”, manifestó.
No obstante, Samantha cree que, para el aprendizaje de las infancias, las tecnologías sí pueden abonar, siempre y cuando haya una supervisión parental y se estimule el uso de las bibliotecas en las escuelas. “Existen todavía las bibliotecas. Entonces, sí, también hace falta la tecnología; pero siempre con supervisión de los papás”, comentó.
Por su parte, Karen, madre de un varón de 12 años que cursa el primer año de secundaria en San Juan del Río, también ve viable el apartado de la iniciativa de ley en el que se prohíbe el uso de celulares en las escuelas. Si bien reconoció que su hijo está muy familiarizado con el uso de las tecnologías, piensa que no es necesario que las infancias lleven el teléfono inteligente a las aulas. Ella, particularmente, no permite que el celular de su hijo salga de casa.
“No tengo ningún problema con esa ley. Yo no le permito llevar el celular a su colegio, entonces, a nosotros no nos afecta en lo absoluto. Sólo lo ocupa por las tardes para diversión y tareas. Si el necesitara algo en el transcurso del horario de escuela, puede ir a dirección o con su asesor a pedir una llamada o algún mensaje. Y como aún vamos por él a la salida, tampoco le afecta en ese momento”, dijo.
Igual que Mariana y Samantha, cree que prohibir los celulares en las aulas implicaría mejorar la calidad de las clases. “He notado que en estos dos últimos años escolares, los maestros les ponen las clases y los temas en el proyector. Me parece interesante, pero creo que así los maestros ya flojean”, sostuvo.
Cabe mencionar que esta denominada ‘Ley Kuri’ ya fue ingresada para su discusión y votación en el Congreso del Estado de Querétaro. Se espera que, tras el análisis legislativo, se determinen los pasos a seguir para su posible implementación. Además de la restricción de acceso a las redes sociales, tanto en el hogar como en las escuelas, y la prohibición del uso del celular en las aulas; la ley contempla otras estrategias: endurecer las penas para delitos como el ciberacoso y la pederastia en línea (también llamado ‘grooming’) y la creación de ‘zonas jóvenes’, es decir, espacios destinados a la convivencia, el deporte y la cultura, lejos del entorno sociodigital.