He estado queriendo escribir un artículo o un ensayo sobre líneas imaginarias y la capacidad de comprensión de las mismas. De la misma manera de lo que es un curador en relación a una serie de líneas imaginarias y de ahí a tal momento de la increíble necesidad de la imaginación, del buen uso de la imaginación.
En el mundo, la realidad y la fantasía a menudo se entrelazan, las líneas imaginarias desempeñan un papel crucial en la forma en que percibimos y experimentamos el mundo que nos rodea. La imaginación, esa facultad humana que nos permite crear y dar forma a ideas y conceptos, es el motor que impulsa estas líneas imaginarias. Sin embargo, ¿qué papel juegan los curadores en este proceso?
Qué es una línea imaginaría, para hacer un edificio, se traza una línea, una línea chica dibuja una casa, una línea larga dibuja un rascacielos. El sentido de una calle es un contrato social a partir de un dibujo imaginario donde se ponen todos de acuerdo y deciden seguirlo. Una línea mal trazada hace que se caiga el puente.
Las líneas imaginarias son un elemento necesario en el dibujo de la realidad, las carreteras empiezan como líneas imaginarias, para usarse una vez hechas.
Requieren de nuevas líneas imaginarias que son sus instrucciones de uso, es decir de qué lado hay que manejar, dónde hay que pararse o, dónde debe de cruzar el peatón. La naturaleza no crece semáforos de la tierra. Otras líneas imaginarias son las fronteras de los países o de los estados. Dónde inicia Querétaro y dónde principia el Estado de México. El Che Guevara decía que la línea del frente de batalla es una línea imaginaria.
Qué sucede cuando una sociedad no entiende el uso de las líneas imaginarias o no las sabe dibujar, es una sociedad de procuración de caos. Es decir, cuando uno dibuja una flecha en el piso y no respeta el sentido de esa carretera, el individuo que lo hace es multado por ir en sentido contrario. En un caso extremo choca contra el otro que va siguiendo el sentido correcto.
Los problemas son dobles cuando la planeación es errónea y el mismo que lo dibujó, lo cambia, es decir cuando el diseñador o ingeniero en representación del gobierno mexicano lo hace, le llaman en el caso del ejemplo de la carretera, un ajuste de vialidad. Otro ejemplo de confusión es el ocurrente que decide hacer de una vía de dos carriles una de tres carriles.
No saber dibujar hace que nazcan un millón de barreras anaranjadas que ahora están por doquier. La falta de buen dibujo hace que haya que reajustar la realidad y, la mayoría de ese ajuste está mal hecho, por que el origen de desorden es epistémico. Si no lo dibujaste bien la primera vez, corregirlo con plástico la segunda vez es deprimente.
Cuando uno llega a la caseta de peaje uno no tiene idea en cual le van a recibir efectivo, en cual se puede usar el “Tag” o cuál está funcionando. Es gravísimo cuando hay un doble semirremolque dándose reversa con 5 coches atrás por estar mal la señalización de las casetas.
La metáfora que vi ayer en medio del tránsito de la Ciudad de México, fue un semáforo con las tres luces prendidas, de una manera simultanea, detenerse, precaución y siga. Las consecuencias legales es a criterio de un policía que no tiene claro cuál es el marco referencial, es cómo el ciudadano en cualquiera de sus elecciones, cometió la imprudencia, estamos creando de manera natural un Gato de Schrodinger infinito. Somos ciudadanos vivos y muertos al mismo tiempo.
Las líneas imaginarias bien hechas y que funcionan, requieren de un buen curador. Un curador, en el sentido más amplio, es alguien que selecciona, organiza y presenta elementos de una manera que les da significado y contexto. Pueden ser artistas, comisarios de exposiciones, diseñadores, escritores o incluso líderes comunitarios. Su papel es crucial en la sociedad, ya que ayudan a dar forma a nuestra comprensión del mundo y a cómo nos relacionamos con él.
Cuando se trata de líneas imaginarias, los curadores desempeñan un papel fundamental en la creación y presentación de estas construcciones conceptuales. Al seleccionar y organizar elementos de una manera que les da significado y contexto, los buenos curadores pueden crear experiencias que desafían nuestras percepciones y nos invitan a pensar de manera diferente. Los malos curadores son generadores de caos, que invitan solamente a una discusión infinita de quién tiene razón en un lugar donde no vinimos a tener razón, o las cosas funcionan o no funcionan.
Una carretera de alta velocidad, donde uno paga las cuotas más caras del mundo y que uno tarda 45 minutos en poder pagar deja de ser una ruta de alta velocidad y es una paradoja. La línea mal dibujada por el curador equivocado.
Usando otros campos de exploración, imaginemos una exposición de arte que explora la idea de la frontera entre la realidad y la fantasía. El curador, al seleccionar obras de arte que representan diferentes aspectos de esta frontera, puede crear una experiencia que nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la realidad y cómo la percibimos. Sin embargo cuando la pirámide social no puede resolver una carretera, no puede resolver una exposición de arte.
De manera similar, un escritor o un diseñador pueden crear experiencias que nos invitan a explorar líneas imaginarias en nuestras propias vidas. Al crear historias o entornos que desafían nuestras percepciones y nos invitan a pensar de manera diferente, estos creadores pueden ayudarnos a desarrollar nuestra imaginación y a ver el mundo de manera nueva.
En conclusión, las líneas imaginarias son una parte fundamental de nuestra experiencia humana, y la imaginación y los curadores desempeñan un papel crucial en la creación y presentación de estas construcciones conceptuales. Al seleccionar y organizar elementos de una manera que les da significado y contexto, los curadores pueden crear experiencias que desafían nuestras percepciones y nos invitan a pensar de manera diferente.
Sin embargo es un arte el saber cómo hacer una línea imaginaria y hay que hacerla bien, cuando no se entiende la figura del curador y uno se quiere ahorrar el costo del buen criterio
Si no podemos diseñar un carril de carretera, el ciudadano pierde el respeto a las indicaciones del estado y sabe qué está violando la ley, es su culpa y no es su responsabilidad, la discusión es isabelina y se resuelve de en quién se cansa primero.
Las líneas imaginarias deben de poderse asimilar en las acciones de las gentes, se vuelven hábitos, ergo es una forma de educación y de civismo y esas líneas imaginarias deben de tener capacidad de extrapolarse, es decir, de ser cimientos del futuro. Cuando la extrapolación es imposible ante la falta de certeza de la línea imaginaria, el futuro deja de existir.
Así los estacionamientos “automáticos” en México requieren de tener una persona asistiendo a la gente que su billete nuevo no es leído por la máquina también nueva pero que llego desincronizada y hay un empleado analógico cambiando billetes nuevos por viejos. El sistema educativo, no es la SEP, sino lo que sucede todos los días.
Así que la próxima vez que te encuentres con una línea imaginaria, ya sea en una exposición de arte, una historia o un entorno diseñado, tómate un momento para reflexionar sobre el papel que juega la imaginación y los curadores en la creación de esa experiencia. Puede que descubras una nueva perspectiva sobre el mundo y sobre ti mismo.