Mariana Ransanz
Emilio Nassar Rodríguez fue un hombre de múltiples facetas, un legado viviente de su familia y una figura fundamental en la historia de la radio y televisión en México. Nació en el seno de una familia profundamente vinculada con la tradición de la charrería y con la industria de la comunicación. Fue hijo del reconocido radiodifusor Emilio Nassar Hamze y la destacada psicóloga Elsa Rodríguez de Nassar. Hermano de Patricia, Ofe, Elsita y Chito. Desde temprana edad, Emilio estuvo inmerso en el entorno de la comunicación y el emprendimiento, lo que lo llevó a seguir los pasos de su padre, un pionero en la radio mexicana.
Un líder en la industria de la comunicación
Emilio dedicó gran parte de su vida a transformar y modernizar la industria de la radio y la televisión. Fue presidente de Multimundo Radio y, en dos ocasiones, ocupó la presidencia de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), una de las instituciones más influyentes en el sector. En estos cargos, trabajó incansablemente por la innovación, la mejora de la regulación y la defensa de la libertad de expresión. En particular, se destacó por su firme defensa por los derechos de los radiodifusores, la promoción de políticas públicas que beneficiaran a los medios de comunicación, y su implicación en los debates sobre la digitalización de la televisión en México. Gracias a su liderazgo y visión, Emilio fue reconocido como un referente dentro del sector, recibiendo diversos premios y menciones que avalaban su capacidad para impulsar cambios significativos en la industria.
Licenciado en Derecho por la Universidad Iberoamericana, estudiante del IPADE, Emilio comenzó su carrera en el mundo de la radiodifusión en Querétaro. Desde 1987, fue presidente del Consejo de Administración de Estereomundo Querétaro, contribuyendo a la expansión de la radio en el estado. En 2005, asumió la presidencia del Consejo de Administración de Multimundo S.A. de C.V., siendo socio y mentor de sus hermanas, con quienes compartió su pasión por la industria de la comunicación y preservó el legado de su padre.
Su trabajo incansable no se limitó a la radio, también abogó por la modernización de las redes de telecomunicaciones, impulsando la expansión de las tecnologías en México. Siempre se preocupó por implementar innovaciones que mejoraran la calidad de los servicios y ampliaran la cobertura a lo largo del país.
Un defensor del medio ambiente y la perlicultura
A lo largo de su vida, Emilio no solo se dedicó al desarrollo de la industria de los medios, sino que también tuvo una profunda conexión con el medio ambiente, legado que heredó de sus padres, quienes le inculcaron un amor profundo por la naturaleza, en particular por el mar. Emilio cultivó una pasión especial por la perlicultura y trabajó arduamente por la conservación de las perlas del Mar de Cortés, una de las gemas más exóticas y de mayor calidad en el mundo. Junto a su entrañable amigo Guillermo Soberón y un grupo de socios, Emilio se involucró activamente en el rescate y promoción de la perlicultura sostenible, no solo buscando recuperar las perlas, sino también preservando el ecosistema marino de la Bahía de Bacochibampo en Sonora. A través de su compromiso con la ecología, Emilio demostró una visión integral y sostenible del desarrollo, unificando la industria, la conservación y la innovación.
Un hombre de familia y tradiciones
Emilio fue también un gran hombre de familia. Hijo y hermano devoto, siempre preocupado por el bienestar y la unión familiar. De carácter amigable y generoso, cultivó numerosas amistades que trascendieron el ámbito profesional. Su simpatía, irreverencia y generosidad dejaron huella en todos aquellos que tuvieron la suerte de conocerlo. Siempre dispuesto a ayudar, se rodeó de mentores y amigos que compartían su visión de progreso y desarrollo.
Emilio también heredó la tradición charra de su familia. Su padre, Emilio Nassar Hamze, fue uno de los socios fundadores del famoso lienzo Charros del Pedregal en la Ciudad de México, al que con su apoyo acudieron figuras de la talla del Papa Juan Pablo II, la Reina Isabel II de Inglaterra, y deportistas internacionales durante las Olimpiadas de 1968. Emilio junto con su hermana Ofe, su cuñado y hermano Chito y sus sobrinos, continuó la tradición charra.
Fue miembro activo de los Rancheros Visitadores, participando en cabalgatas en Solvang, California, junto con su padre y Don Antonio Gil Arenas. Su pasión por los caballos y la cultura charra perduró hasta el último de sus días.
Una vida dedicada a la música y el coleccionismo
La música fue otra de sus grandes pasiones, compartida tanto por él como por su padre. Juntos, durante años, coleccionaron más de 4500 discos de acetato de todo el mundo, con el objetivo de traer la mejor música a México. Emilio vivió la música con un entusiasmo y dedicación que reflejaba su amor por el arte y por la cultura, y su legado musical sigue siendo parte integral de la historia de su familia.
Amante de la fascinante historia de México, entre tantas y tantas cosas que le gustaba estudiar.
Un hombre que deja huella
En resumen, Emilio Nassar Rodríguez fue un hombre que supo fusionar el respeto por las tradiciones familiares con una visión moderna y sostenible del futuro. A través de su trabajo en la radio, la televisión y la perlicultura, dejó una huella imborrable en su comunidad y en la industria mexicana. Su vida fue un ejemplo de compromiso, innovación y respeto por la cultura y el medio ambiente, haciendo de él una fuente de inspiración para todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo.
Gran hijo, extraordinario hermano, generoso tío y entrañable amigo, Emilio fue un gran patriarca para su familia, quien siempre se preocupó por el bienestar de todos, y su legado continúa en los corazones de quienes lo amaron y lo admiraron.
Siempre te recordaremos como el hombre honorable que fuiste, con cariño y gratitud, especialmente cuando escuchemos un chiste con humor negro, un sarcasmo mordaz, My Way de Frank Sinatra, o cuando disfrutemos de un atardecer en Acapulco, de un buen libro de historia o de una tarde de toros en Juriquilla. Emilio, siempre vivirás en nuestros corazones.
Cabalga en paz, Emilio. Con tu legado, trasciendes y vives, dejando una enseñanza de vida, una huella imborrable en todos nosotros.