Efraín Juárez, técnico del Atlético Nacional, aseguró que en estos cuatro meses que estuvo al frente del equipo lloró en muchas ocasiones por las injusticias que vivió, y prefirió guardárselas.
“Lloraba por todo, por todo, por las alegrías, por frustraciones, lloraba por injusticias, pero siempre les guardé y me las comí todas, y al final aquí está la recompensa, agradecerle siempre a la gente que estuvo; mi familia, mi club, a los jugadores y ojalá disfruten mucho porque costó”, declaró al terminar el partido.
Juárez dijo que con mucho trabajo le dio vuelta al mal año que estaba teniendo el cuadro verdolaga.
“De verdad que trabajamos hasta altas horas de la noche, todos los días, y gracias a Dios se dio el resultado para que ellos lo disfrutaran”, abundó.
El estratega mexicano reconoció que es muy efusivo en el día a día, pero ahora estuvo tranquilo, porque caminó con pies de plomo, feliz por sus jugadores.
“Vine a poner mi granito de arena y gracias a Dios se ha dado todo, quiero irme a descansar, estar tranquilo, fueron cuatro meses, de no dormir, de llorar, pero todo valió la pena”, detalló.
En conferencia de prensa, Juárez señaló que en estos cuatro meses le hubiera gustado que no se hablaran de temas extra futbol, como fueron las sanciones que le impusieron por festejar efusivamente, una de ellas todavía pendiente con la justicia que lo quiere fuera de los estadios por tres años.
“Me hubiera gustado no hablar de tantas cosas extra cancha, soy un hombre que se adapta al cambio, cambio a mi equipo 300 veces de formación, pongo enganches de contención, laterales de defensa, volantes de extremos, gracias al club que confió en nosotros”, dijo.
Recordó que en el 2005 cuando ganó la Copa del Mundo, se creó una gran familia como la de ahora.