Esta navidad estaba yo buscando un tema de arte que tuviera que ver con Navidad, arte, fotografía, familia, amigos, niños y, me acordé de un ilustrador que creo logra capturar un momento de esos grandiosos de la Navidad, de igual manera me hizo reflexionar sobre la necesidad cada vez más imperiosa de que los artistas tengan que modelar el marco de guía ideal de la sociedad. Cuando los artistas, escritores, pintores o cineastas, dejan de escribir o crear marcos referenciales, deja de haber modelos a seguir. De ahí la importancia inclusive de los superhéroes o las tiras de cómic que tratan de reflejar de alguna manera mensajes sencillos al gran público. Así podríamos mencionar desde Mafalda, hasta Annie la huerfanita o de Phantom.
En fin, hablando de Navidad, selecciones hablar de Norman Rockwell. Mi padre era un fanático del buen dibujo y de la capacidad de expresión. En los viajes, en las cenas y los sábados en la tarde se discutían buenos dibujantes. Nunca hablábamos del tema, hablábamos del dibujo. El problema de los críticos e historiadores es que a partir de su pobreza de mirada saltan muy rápido al tema y pierden de vista lo esencial. Así Rockwell para muchos de su época y de hoy era en sus temas cursi.
Navidad, es Norman Rockwell, alguien que podía escoger un segundo de vida y hacerlo propio, una definición de fotografía, pero también una definición de “saber ver”, cosa que a veces parece imposible el aprender a ver.
Norman Rockwell pintor, que para hacer sus obras le pedía prestada la energía a la fotografía, era un gran director de fotografía, pero hacía pinturas, (luego hablaremos de Red Miles, el fotógrafo que imitaba a Rockwell), hay muchos pintores que están ligados a la fotografía como un recurso para pintar y de igual manera a la cámara oscura, siempre ha sido un recurso. Entre los pintores que me acuerdo se relacionan a la fotografía, están Munch, Degas, Magritte, Hopper.
Rockwell, empleaba fotógrafos y creaba fotografías y luego las proyectaba sobre su lienzo para hacer trazos al carbón, y siempre se apenó de hacerlo. Su archivo consta de más de 20,000 fotografías y su producción de pinturas e ilustraciones fue de más de 4,000.
En un momento en que la sociedad estadounidense se encontraba en un período de gran cambio y turbulencia, Norman Rockwell se convirtió en el pintor de la América idealizada. Con su estilo único y su capacidad para capturar la esencia de la vida cotidiana, Rockwell se ganó un lugar en el corazón de los estadounidenses y se convirtió en uno de los artistas más influyentes del siglo XX.
Nacido en 1894 en Nueva York, Rockwell comenzó su carrera artística a una edad temprana. Después de estudiar en la Escuela de Arte de Nueva York, comenzó a trabajar como ilustrador para revistas y periódicos. Sin embargo, fue su trabajo para la revista Saturday Evening Post lo que lo llevó a la fama.
Durante más de 40 años, Rockwell creó más de 300 portadas para la revista, cada una de ellas una obra maestra de la ilustración. Sus pinturas capturaban la esencia de la vida estadounidense, desde la nostalgia de la infancia hasta la seriedad de la guerra.
Rockwell es más conocido por las ilustraciones de portada sobre la vida diaria que creó para Saturday Evening Post a lo largo de cinco décadas. Entre las obras más conocidas de Rockwell están la serie de Willie Gillis, Rosie the Riveter, The problem we all live with y la serie Four Freedoms. También es notable su relación de 64 años con la asociación de Boy Scouts de América, durante la cual produjo portadas para la revista Boys’ Life, calendarios y otras ilustraciones.
Una de sus obras más famosas, “Freedom from Want” (1943), es un ejemplo perfecto de su estilo. La pintura muestra a una familia estadounidense reunida alrededor de la mesa para el Día de Acción de Gracias, simbolizando la libertad y la abundancia que caracterizan a la sociedad estadounidense.
A lo largo de su carrera, Rockwell recibió numerosos premios y reconocimientos. En 1945, fue nombrado el “ilustrador más popular de Estados Unidos” por la revista Life. En 1977, recibió la Medalla Presidencial de la Libertad, el más alto honor civil del país.
A pesar de su muerte en 1978, el legado de Norman Rockwell sigue vivo. Sus pinturas continúan siendo una fuente de inspiración para artistas y diseñadores de todo el mundo. Su visión de la América idealizada sigue siendo un recordatorio de los valores y la nostalgia que caracterizan a la sociedad estadounidense.
En resumen, Norman Rockwell fue un artista verdaderamente único que capturó la esencia de la vida estadounidense a través de sus pinturas. Su legado continúa siendo una fuente de inspiración y nostalgia para generaciones de artistas de todo el mundo.
“Me gusta contar historias en imágenes, para mi la historia es lo primero y lo último” Norman Rockwell