Roberto Antonio Velázquez Nieto y Gabriela Cabrera Herbet
Si se concreta la amenaza del Donald Trump de imponer aranceles de un 25% a todos los bienes mexicanos para presionar al país vecino y obligarlo a detener la invasión de los migrantes ilegales y la delincuencia organizada. Se suscitaría una guerra Comercial entre los dos países.
En una guerra comercial, los aranceles, se ponen de los dos lados, Mexico tendría que responder de la misma manera. Puesto que los aranceles afectarían los precios de los productos que se comercian entre el vecino país del norte y Mexico, esta política estaría en contra de las propuestas antinflacionarias en que tanto insistió Trump durante su campaña, y el crecimiento de Estados Unidos, probablemente se reduciría entre el 0.5, y 1% del PIB. Es una de las peores decisiones en términos económicos.
Los principales productos que Mexico envía al coloso del norte son vehículos automotores, computadoras, petroleo crudo entre otros; por lo que el posible arancel del 25% perjudicaría especialmente estos sectores así como a estados con gran dinamismo económico como Querétaro, Nuevo León, Baja California, Guanajuato, también se vería afectado el libre movimiento de mercancías en las zonas fronterizas.
De alguna forma antes de Trump, había una regla no escrita de mezclar determinados tópicos de la agenda binacional con el comercio.
Ahora Mexico se vera obligado tomar medidas importantes y trascendentales en materia migratoria y reforzando una política de seguridad nacional que durante seis años fue demasiado laxa con el crimen organizado.
Con esta amenaza arancelaria se violaria el T-EMEC y sería exponencialmente grave para le economía de los tres países que abarca un tercio del PIB mundial.