Cecilia Gabriela Velázquez
En 2018, a Brissa Piñera Kachock, cineasta queretana, se le negó participar como asistente de cámara en un comercial, puesto que ni el director de fotografía ni la productora creían que ella, una mujer, pudiera cargar un tripié. Impotente, pero decidida, cerró ambas bocas y recibió el reconocimiento del fotógrafo por su “trabajo de una manera excelente y con toda la pasión del mundo”.
Piñera Kachok es una cineasta enfocada en lo social. Desde 2013 se dedica al séptimo arte de manera formal y, hasta hoy, cuenta con con una filmografía de cinco cortometrajes y un largometraje documental, los cuales han sido selección oficial y selección en competencia en varios festivales de cine dentro y fuera del país. Su trabajo, combinado con su activismo en la industria cinematográfica, es una muestra de sus principios, humanismo, sororidad y aprendizajes. En entrevista con Plaza De Armas, relató su trayectoria como mujer en el cine y una de sus producciones más aclamadas, que versa sobre la violencia.
“Todo mi cine siempre ha sido enfocado hacia lo social. Así como he criticado la enajenación con las redes sociales, con el internet, con las inteligencias artificiales; también he celebrado la humanidad, la dicha de vivir la vida”, manifestó.
La experiencia que vivió en 2018 marcó un hito en su carrera profesional. Al ser criada en un contexto de matriarcado por parte de sus dos familias y desde su pasión por hacer cine, no podía creerlo. “Sentí muchísimo enojo, muchísima impotencia. Me resulta imposible creer que en pleno siglo XXI siguen existiendo mujeres y hombres que tengan este pensamiento tan medieval (…) Yo sé que puedo, yo sé cuál es mi capacidad, yo sé lo que he logrado, lo que he hecho yo sola, y el ímpetu que yo tengo de no rendirme”, dijo.
‘Violenta’ (2023) es fruto de ese ímpetu y enfoque social que caracteriza su arte. Se trata de su proyecto más reciente y documental ópera primera, en el cual vio la oportunidad de hacer no sólo cine, sino activismo. En este largometraje experimental, analiza, desde los desgarradores testimonios de víctimas de diferentes tipos de violencia, la normalización de esta problemática en México.
“Desde cuáles son las conductas que inician o que puedes ver desde un principio en una persona o en un niño, hasta cómo romperlas. Porque, al final del día, lo que propone el documental es cómo construir una cultura de paz, y a partir de que, desafortunadamente, de todos estos hechos y todos estos tipos de violencia (que son muchos en el documental), solamente hablamos de algunos. Es violencia de cualquier tipo, sin importar el género de la persona que ha sido violentada”, explicó.
La experiencia del largometraje y sus propias anécdotas como mujer cineasta han moldeado la cosmovisión de Piñera Kachok sobre la presencia femenina en la industria del cine queretano. Considera que, a pesar de que ya existe una conciencia, hace falta mayor unión entre las mismas mujeres.
“Ahora hay más conciencia, pero creo que necesitamos unirnos las mujeres, y unirnos de verdad. Es que es impresionante cómo entre nosotras nos tiramos tanta mala vibra, tanta mala onda, cómo no nos ayudamos (…) Yo nunca voy a cerrarle las puertas a una mujer, especialmente en el departamento de cámara. No importa cuál haya sido su error o no error, o cuál sea su actitud, buena o mala; siempre estaré dispuesta a darles una oportunidad porque a mí me hubiera gustado que me dieran esa misma oportunidad”, profundizó.
Sobre el tema de la violencia que abordó en su ópera prima, más allá de poner en práctica las enseñanzas aprendidas en su experiencia como directora, se propuso potenciar las voces que conforman su trabajo fílmico a través de las proyecciones que ha tenido en 14 estados de la república y de la difusión mediante el sector educativo y cultural.
“Lo que quiero es sacar la palabra, el compromiso que yo hice con todos los personajes que me brindaron y que me confiaron su testimonio de violencia. Fue que, a través de este documental, íbamos a potenciar sus voces con el fin de causar un poco más de empatía, y que ninguna otra persona que pase o que viva alguna situación violenta tenga que volverse a sentir invisible o tenga que sentirse que está sola”, sostuvo.
Piñera Kachok es licenciada en Ciencias de la Comunicación y tiene una especialidad en cine en “The Film School” de Santa Fe University of Art & Design, donde se enfocó en dirección y dirección en fotografía. Es miembro cofundadora de la Cofradía de la Cinematografía y el Audiovisual en Querétaro, un movimiento iniciado en 2020, cuyo fin es la unión entre cineastas.
En ese mismo año fue galardonada por la organización Mil Mentes por México Internacional y la Secretaría de Juventud del Estado de Querétaro al premio “Esa Chica Buen Rollo” en la categoría “Creatividad que Humaniza”, por su trabajo artístico enfocado en lo social. A la par, fue ganadora del Premio Municipal de la Juventud en la categoría de “Expresiones Artísticas y Culturales” por su trayectoria cinematográfica y activismo en el estado.
El trabajo de Piñera Kachok representa el triunfo de la mujer en el cine y es una aproximación a la riqueza de la mirada femenina, a otra forma de relatar historias. “Los hombres no cuentan las historias de la misma manera en la que las contamos las mujeres porque no viven la vida de la misma manera que la vivimos nosotras. El mundo, nos guste o no nos guste, está hecho a la comodidad de los hombres. Esa es la realidad”, concluyó.