Leopoldo Mendívil
¿Para quién era la fiesta?
M. en C. Paulina Silva Rodríguez,
Coordinadora de Comunicación Social,
Presidencia de la República:
El objetivo de un buen líder es
crear más líderes, no
más seguidores.
Ralph Nader
Si me lo permite, doña Paulina, voy a dividir la toma de posesión de Claudia Sheinbaum Pardo en cinco partes para ubicarlas en el saco de lo agradable, lo desagradable, lo innecesario, lo sustantivo y lo que se echó de menos.
Entre lo agradable de la ceremonia podemos anotar la presencia de la muy respetada y respetable Ifigenia Martínez Navarrete; a sus más 94 años, condujo la sesión con mucha dignidad. También al saco de lo agradable se va la gallardía de la cadete del Colegio Militar a espaldas de la presidenta Sheinbaum, lo mismo que el dominio que ya adquirió la mandataria sobre su voz y entonación.
En este primer saco colocamos las palabras dedicadas a las mujeres, sector que estuvo en la congeladora lopezobradorista. Al concepto de heroínas anónimas se le puede sacar mucho provecho para propósitos sociales y políticos.
En el saco de lo desagradable queda que don Andrés no tuvo la educación de saludar a la ministra Norma Piña, quien representa uno de los tres Poderes de la República, pésele a quien le pese.
También pondremos en este saco las continuas porras gritando “¡Es un honor estar con López Obrador!”, incluso interrumpiendo el discurso de CSP; llegó un momento en que otro porrista tuvo que salir al quite gritando “¡Presidenta, presidenta!” Sin comentarios sobre el beso de Manuel Velasco a AMLO; ¡uuuffff!
Como buenos mexicanos desordenados y ajenos al mínimo del protocolo, un montón de legisladores e invitados se subieron al espacio de la mesa directiva para tomarse selfies con AMLO. Su pasión debió tener un límite por respeto a al momento y a la investidura de la nueva presidenta.
En el saco de lo innecesario, maestra Silva, caben los largos minutos del panegírico de CSP a López Obrador; esas líneas parecían escritas por Jesús Ramírez Cuevas o Mario Delgado, caray. Repetir el decálogo del supuesto “Humanismo Mexicano”, más que consolidar la visión de la 4T, parece un catecismo lopezobradorista, como si no tuviera ideas propias la presidenta. Además, si los de la 4T se pusieran a pensar con la cabeza fría, como dijo doña Claudia, reconocerían que la gestión finalizada ayer deja muchos campos minados, particularmente los de economía, seguridad, educación, salud y Estado de Derecho.
Y bueno, llegamos al saco de lo sustantivo del mensaje. Celebro que CSP contemple como uno de sus programas prioritarios la edificación de viviendas de interés social. Independientemente de cubrir el déficit, la industria de la construcción es siempre un detonador para la economía. Solo espero que no se las encargue a los militares.
También celebro que por fin se ponga atención al nearshoring y las reglas claras para la inversión privada; ambas hacen mucha falta al país. Respecto de la construcción y/o reactivación de los trenes de pasajeros tengo mis dudas; me queda claro que, para destinos cercanos a la CDMX, como Querétaro y Pachuca, son ideales dada la saturación vehicular. De los demás, no estoy tan seguro; el chiste es no acabar subsidiándolos como ahora se hace con las megaobras.
También es de aplaudir que CSP asuma que producir más de 1.8 millones de barriles es inconveniente y contaminante, por lo cual se orientará hacia energías limpias. Sin embargo, en materia energética doña Claudia mantendrá la condición de que CFE produzca el 54% de la energía eléctrica; la pregunta es a qué costo, con qué impacto ambiental y qué dirán EUA y Canadá sobre esta manipulación de las condiciones de competencia.
Dentro de lo sustantivo, resulta preocupante la ampliación de los programas sociales; ojalá hubiera para eso y más, pero lo cierto es que ya hay un déficit en el gasto público, se tiene un abultado servicio de deuda y se ve difícil contraer más créditos. En fin, supongo que sacarán dinero de las piedras para financiar los apoyos para mujeres de 60 años, las becas para niños en educación primaria y secundaria, y la contratación de 20 mil médicos que brindarán atención domiciliaria a adultos mayores.
Entre lo que se echó de menos durante el primer discurso de la presidenta Sheinbaum es el poco espacio dedicado a la ciencia y la tecnología como motor del desarrollo, así como al principal problema del país que es la inseguridad.
Y, por supuesto, que la presidenta no se refiriera a la oposición y a los que no votaron por ella, pero son sus gobernados; como bien lo dijo en su discurso: “solo lo que se nombra, existe”. Lamentable omisión.
Mañana comentaré los 100 compromisos adquiridos por la presidenta en el Zócalo. A ver con qué nos encontramos.
P.D. 1: Al salir de la ceremonia, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, declaró que no va a renunciar y que cuenta con el respaldo de la doctora Sheinbaum. Son tantos y tan costosos sus tropiezos, que yo no estaría tan seguro. Total, ya pasaron dos años de que inició su atropellada gestión.
Con la colaboración de Upa Ruiz
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