Sergio Ángeles
Si bien México conservará por ahora su grado de inversión, la perspectiva de su calificación pende de diversos factores, entre ellos los riesgos por la reforma judicial, la inestabilidad regulatoria, una posible erosión en el rol de los organismos de contrapeso y el elevado déficit fiscal, indicó Moody’s.
Además, la calificadora advirtió que las reformas constitucionales implican, de entrada, un golpe a la expectativa de expansión económica del País, ya que ahora se prevé que México crezca en torno a 1.5 por ciento en 2024, por debajo del 2 por ciento anual histórico.
“Todavía vemos a México en grado de inversión, con sus fortalezas y debilidades; sin embargo, la reforma judicial puede afectar diferentes partes de su perfil crediticio”, expresó Renzo Merino, vicepresidente analista senior de Moody’s.
“La reforma generaría una afectación a la inversión, al marco regulatorio, y puede dañar el crecimiento económico de México en los próximos años”, anotó en el foro “Moody’s Inside LatAm: México 2024”.
Merino agregó que, entre otros efectos en el perfil del País, se considera que se afecte la imparcialidad en la resolución de conflictos legales y el daño en la formulación de políticas públicas.
Al mismo tiempo, Moody’s cuestionó el proceso de consolidación fiscal del Gobierno, debido a los desafíos de México en indicadores macroeconómicos y los mayores riesgos por la carga de deuda.
Mientras que la Secretaría de Hacienda ha asegurado que en 2025, el primer año de la nueva Administración de Claudia Sheinbaum, el déficit fiscal bajará a un nivel de entre 3.0 y 3.5 por ciento, Moody’s proyecta que se reducirá en una menor magnitud, a 4.5 por ciento.