- Frases de Pedro Manuel, El Teacher y Camacho
- El Grito: de la Corregidora a la ¡Tremenda Corte!
- El Historietario: 11-S: la historia, infinita catástrofe
- Gobernadores del PAN llaman a refundar su partido
¿Viva México?
Tres frases han revoloteado en la memoria de este columnista a partir de la ya aprobada Reforma Judicial o Jodicial porque representa el fin de ese poder como lo conocemos y ahora sí aplicará aquello de que en México hay tres poderes distintos y un solo dios verdadero: el Ejecutivo.
La primera frase.
Luego de leer a mi querido Teacher Joaquín López-Dóriga sobre el tontismo o pen… que desborda Marko Cortés, dirigente del PAN al fichar, nunca mejor dicho, a los Yunes para el Senado, en donde dieron el voto 86 para liquidar al Poder Judicial, recordé al ex gobernador Rafael Camacho Guzmán diciéndole a un colaborador “¿Eres o te pasas de tontejo?”
Y resulta que Pancho tenía razón.
Tanto que los gobernadores panistas, incluido Mauricio Kuri, están llamando a la refundación de su partido.
La segunda frase.
“Nos va a llevar la fregada…¡a todos ustedes!” suele decir mi viejo amigo potosino Pedro Manuel de la Fuente, ex asesor de prensa de Carlos Jonguitud Barrios y ex publirelacionista del Chato López, dueño del Club La Loma, para caracterizar los sucesos que el oficio periodístico nos ha permitido atestiguar y contar, para bien o para mal.
Y la tercera frase, parafraseando a Joaquín Sabina:
¿Quién nos ha robado el mes de septiembre?
Éste era el mes de la patria.
Era.
Y hoy es viernes 13.
-BLANCAS Y NEGRAS-
Ya.
El jueves 12 de septiembre será recordado por habérsele puesto ese día el último clavo a la cruz del Poder Judicial por parte de un presidente que quería ser como Benito Juárez y terminó siendo como otro oaxaqueño llamado Porfirio Díaz, el que propició la Revolución Mexicana. La tercera transformación, según su discurso.
Ayer se completó el número mágico. Necesitaban 17 legislaturas locales para perfeccionar (es un decir) la reforma y ahora sí, constituir la Tremenda Corte, a partir de jueces sin experiencia, electos por el pueblo bueno y sabio o, de ser necesario, en tómbolas o con la posible intervención de la delincuencia organizada.
Para llegar a ese punto fue necesaria una implacable y desaseada operación política dirigida a lograr la mayoría calificada en las cámaras federales, incluida la adquisición de votos en el Senado: el de Miguel Ángel Yunes, del PAN y el del ausente Daniel Barreda, de Movimiento Ciudadano, los traidores.
Así fue aprobada la reforma para transitar en las horas recientes por los congresos locales, en donde el de Querétaro fue el primero en rechazarla, lo que debe reconocérsele a la LX Legislatura y a la voluntad política del gobernador Mauricio Kuri González.
Por cierto la ex diputada federal y regidora electa Paulina Aguado, antes del PAN y ahora de MC, criticó a los legisladores priistas y panistas del Congreso local de Oaxaca que votaron con Morena, pero… olvidó referirse a la traición de su compañero de partido, el senador naranja y ausente Daniel Barreda que no estuvo en la votación histórica porque “la familia (no la patria) es primero” y había una acción penal contra su padre. ¡Ah, bueno!
La política es así.
¿Son o se pasan? Diría Camacho.
-EL HISTORIETARIO-
De memoria.
Apocalíptico. Así, con una sola palabra, caracterizamos aquél 11 de septiembre de 2001 el mayor atentado de la historia moderna.
Parecía un martes como cualquier otro.
Eran las 8:45 cuando se estrelló el primero de los cuatro aviones secuestrados por miembros de Al Qaeda, el Boeing 767 de American Airlines lanzado contra las Torres Gemelas de Nueva York.
De un accidente hablaba la televisión.
Tuvieron que transcurrir casi 20 minutos para que el mundo se diera cuenta de lo que estaba pasando, al proyectarse la segunda nave, ésta de United Airlines, en contra de la otra torre.
Y luego el tercer avión, también de American Airlines, presumiblemente dirigido a la Casa Blanca cayó o lo tiraron en un campo de Pensilvania, tras una heroica lucha de los tripulantes para enfrentar a los yihadistas.
El cuarto jet y tercero de American Airlines se estrelló en el corazón de la seguridad: el Pentágono.
Nunca se sabrá bien a bien cuántos miles murieron esa mañana de horror. Estados Unidos sufría el más cruel ataque en su propio territorio desde Pearl Harbor.
Los periodistas de El Sol de México, medio entonces dirigido por este columnista, llegamos a la redacción entre espantados y exigidos por el oficio a obtener toda la información del día más negro.
Con Guillermo Chao y Pilar Ferreira, presidente y vicepresidenta de la OEM, procesamos los hechos internacionales más graves hasta entonces registrados en el periódico.
Elaboramos la histórica primera plana junto con el entonces jefe de redacción, Mario León Leyva, hoy director de Diario de Querétaro.
La televisión, la radio y los cables de las agencias –antes del auge de la Internet- disparaban imágenes y sonidos espeluznantes.
Vimos derretirse y desplomarse en instantes los edificios más altos de la tierra y ser herido el principal imperio económico y militar del planeta.
Recordé el Libro de las Revelaciones y el discutido canon bíblico en la interpretación futurista que identificó como Bestias del Apocalipsis a Napoleón, Hitler, Mao, Stalin y, desde ese día, a Osama Bin Laden.
Era el Apocalipsis, sí.
Y para decirlo en una sola palabra y a ocho columnas: Apocalíptico.
Así le fue propuesto a Mario Vázquez Raña, el dueño de la OEM. “Esa palabra Usted se la inventó” dijo.
Tal cabeza, de doce letras, se publicó en todos los diarios de la cadena, calada en la gran foto de la agencia AP con las torres devoradas por el fuego y tres imágenes complementarias: Bush, ¡Bin Laden! y una mujer rescatada del infierno.
Y entonces uno reconoce, con Italo Calvino, que toda historia no es otra cosa que una infinita catástrofe de la cual intentamos salir lo mejor posible. Así ese 11 de septiembre de 2001, que parecía un martes como cualquier otro.
Hace ya 23 años.
-JUGADA FINAL-
11-S.
En 2001 los talibanes tumbaron las Torres Gemelas de Nueva York. 23 años después los fundamentalistas mexicanos tumbaron el único poder independiente que quedaba en pie y nos dieron ¡Jaque Mate!