QUERETALIA
El Querétaro parroquial
Hoy voy a tratar de echar abajo varios chismes que han penetrado fuerte en la conciencia de la perrada y lo más lastimoso es que son puras mentiras o verdades a medias, cuando bien nos va. Empezaré con el llamado “Pan de Azúcar”, símbolo de La Cañada, cabecera municipal de El Marqués, y al que una bola de ignorantes lo relacionan como el monumento fundacional de ese bello lugar, mi peregrina Cañada. Sí, el monumento “Pan de Azúcar” contiene en sus adornos algunos elementos indígenas, al fin de cuentas La Cañada albergó en sus cuevas a los fundadores de la hoy ciudad de Santiago de Querétaro, pero este monumento “Pan de Azúcar” no fue construido en 1531 sino en octubre de 1810, por los realistas queretanos, como homenaje a la victoria que alcanzaron sobre los insurgentes en la batalla de ese mes y año en Puerto de Carrozas, allá por San José Iturbide. Así que dejen de dar lata y propagar esta mentira que tanto daño hace a las mentes de los niños y jóvenes. Hoy que está en la tribuna el tema, me atrevo a decir que siempre hemos considerado que el Pan de Azúcar es la puerta de entrada al municipio de El Marqués por la avenida Hércules. La Legislatura del Estado tendrá que resolver esa cuestión límites entre los municipios de Querétaro y El Marqués.
¿Qué me dirían ustedes, lectores del siglo XXI si yo les digo que San Pablo pertenecía en 1867 al municipio de La Cañada, y que El Jacal, El Retablo, La Era, Casa Blanca, San Juanico, Jardines de la Hacienda y Mansiones del Valle pertenecían al municipio de Santa María del Pueblito; y que la colonia Burócrata, Lomas de Casa Blanca, Presidentes y todo el sur era de Humilpan? Fue la Legislatura por acción del gobernador Juventino Castro que los límites fueron llevados hasta las antenas de mi cerro favorito: El Cimatario
peregrino.
¿Qué les parece esta gráfica rescatada por nuestros amigos de Querétaro Antiguo en facebook? Nos da una idea de cómo la antigua calzada Juárez, hoy avenida Zaragoza, era muy angosta, lo mismo que la calle de La Verdolaga llamada hoy Ezequiel Montes sur, la cual fue ampliada en 1964 por el gobernador Manuel González de Cosío Rivera en medio del dolor del vecindario, ya que se les derruyeron sus casas para hacer la obra tan necesaria. Los vecinos cuyas casas se derrumbaron eran de clase humilde, y como el Estado pagó a diez años y a valor catastral ya nunca pudieron hacerse de otro predio y tuvieron que rentar pequeños cuartos en vecindades inmundas en el barrio de La Cruz, donde solamente había un sanitario y una ducha para todos los inquilinos y el drenaje a cielo abierto. La luz eléctrica ni siquiera llegaba a esas vecindades y se tenían que alumbrar con velas de cebo. Repito, no estoy juzgando a nadie, solamente relato lo que aconteció y que el progreso tiene un costo. Ahora, en 2017, no nos imaginamos la calzada Ezequiel Montes angosta y se tuvo que tomar una medida dolorosa. Por ello comparto como Cronista Municipal y Estatal cuando las autoridades del momento son criticadas con o sin fundamento en decisiones difíciles pero necesarias. Asegurar el futuro de Querétaro tiene un costo y hay valientes que corren riesgos. La parte ancha de Ezequiel Montes –popularmente llamada Calzada de Belén- solamente era de Madero a Hidalgo, aunque Venustiano Carranza la ensanchó desde 1917 en su tramo de Hidalgo al Río Querétaro.
El beaterio –que no convento- de Santa Rosa de Viterbo fue terminado en 1752 con muchos esfuerzos de donadores y beatas pobres, como una reacción a la discriminación de que eran objeto las muchachas pobres que no podían profesar como monjas de hábito negro en Santa Clara, las cuales eran ricas, descendientes de los fundadores de Querétaro, con celdas de dos pisos y super lujo y asistidas por siervas y esclavas negras que vivían allí. Las rosas eran humildes y Juan Caballero y Osio les legó cuatro mil pesos oro a cada una para que entraran a Santa Clara o para que se casaran y ese dinero se destinara al pago de la dote del mantenido galán. ¡Cuánto dinero para la época! Caballero y Osio deveras que era generoso.
En la foto contemplen la huerta del beaterio y colegio de las rosas: más tarde fueron ubicadas allí las oficinas del ministerio público del orden común y el servicio médico forense con todo y sus muertitos. El gobernador Antonio Calzada Urquiza crea el Colegio Italo-Mexicano de Artes Gráficas en el edificio principal en el año 1977. En 1986 el gobernador Mariano Palacios se lleva el servicio médico forense y las fiambres para el trébol en avenida Constituyentes pero se quedan las oficinas de tránsito y seguridad pública. Con el gobernador Burgos se trasladan los de tránsito y seguridad pública a Desarrollo San Pablo pero se instalan las oficinas de la Procuraduría General de Justicia, las que duran allí hasta que el gobernador Loyola Vera les construye su edificio propio en la Cuesta China. Con Loyola y Garrido comienza el rescate del edificio y con Pepe Calzada gobernador y Laura Corvera Galván al frente del IQCA se convirtió el inmueble principal en el Centro de Arte, dignificándose de plano todo el ex
beaterio.