Desde el día siguiente de la elección presidencial, factores externos e internos han mantenido constante presión en el tipo de cambio, la cual aumentó porque en los últimos días se han añadido elementos adicionales, como el paro indefinido del Poder Judicial y la posible aprobación de una reforma constitucional a dicho poder.
Bajo este escenario, entre el primero de junio y el 21 de agosto, el valor del peso frente al dólar se ha reducido 11.75 por ciento.
El banco suizo UBS prevé que el tipo de cambio se ubique en 19.50 pesos por dólar al cierre del tercer trimestre, y en 19.20 para finales de año.
En el análisis, el banco suizo afirmó que la próxima aprobación de las reformas constitucionales propuestas por México probablemente mantendrá alta la volatilidad del peso mexicano durante el próximo mes.
Tan sólo ayer el peso se depreció con más fuerza que el resto de una cesta de monedas principales, golpeado por renovadas preocupaciones en torno a una polémica propuesta de reforma al sistema de justicia local.
La divisa local cerró en 19.28 por dólar, con una depreciación de 1.48 por ciento frente al precio de cierre del martes en el mercado internacional de divisas, en su tercera jornada consecutiva de pérdidas, con un retroceso acumulado del 3.42 por ciento.
De acuerdo con UBS, el mercado también estará atento a las próximas elecciones presidenciales en Estados Unidos y al ánimo de los inversionistas ante una revisión a la baja de cifras del empleo estadounidense y la publicación de las minutas de la última reunión de la Reserva Federal, que cimentaron las expectativas de un recorte de tasas de interés en septiembre.
Citigroup, por ejemplo, eliminó una recomendación de “sobreponderación” sobre el peso mexicano que había otorgado la semana pasada.
“Los días de un peso mexicano fuerte quedaron atrás”, anotó sobre el tema Brad Bechtel, director global de divisas en Jefferies Financial Group.
Grupo Financiero Citibanamex opinó en un análisis que el mercado parece infravalorar que la caída de la moneda mexicana se debe ante renovados temores por la reforma judicial y del peso que tendrá Morena en el Congreso con 73 por ciento de las curules.
Puntualizó que ante este nuevo régimen político que se avizora en el País, sus pronósticos macroeconómicos implican un debilitamiento de las variables principales (inflación, tipo de cambio, tasa de interés y crecimiento del PIB).
“Los mercados parecen subestimar el riesgo económico que implicaría el nuevo ordenamiento político que se delinea en México….”, sostuvo.