Jesús Ramón Olvera Rangel
Rubén festeja su cumpleaños numero 55, es acompañado de familiares y amigos, de pronto, dentro de sí, percibe una sensación de discomfort opresiva que va incrementando de intensidad, la opresión se vuelve dolor, dificultad para respirar y sensación de que las fuerzas le abandonan, repentinamente y para sorpresa de todos, se desploma… Rubén sufre un infarto, el tiempo es preciado, sus condiciones podrían llevarlo a la muerte en cuestión de minutos, su familia decide llamar al número de emergencia y es despachada una ambulancia que acude a su auxilio… esta, esta es la Medicina Prehospitalaria.
En sus inicios muy tempranos, la medicina prehospitalaria surge como una necesidad del transporte de heridos en batalla, ahí aparecen las primeras ambulancias, que solo fungían como transporte, la evolución ha sido enorme, actualmente la tripulación de uno de estos vehículos cuenta con los conocimientos, entrenamiento y equipo biomédico de alta tecnología en versiones portátiles, que pueden ayudar a una persona en una situación critica a sobrevivir desde el lugar del incidente hasta su llegada a un Hospital, donde recibirá la atención definitiva.
De pronto pareciera una perdida de tiempo esperar a que llegue una ambulancia y luego que esta transporte a la persona enferma o lesionada al Hospital, cuando transportándola en un vehículo particular que se encuentra a la mano se ahorra el tiempo que tarda la ambulancia en llegar desde su base al lugar del incidente, sin embargo, hay estudios que han mostrado una mejoría en la sobrevida de las personas que esperan una ambulancia a diferencia de quienes son trasladados por sus amigos o familia en sus propios vehículos, ¿Por qué?, el entrenamiento de un paramédico le hace reconocer complicaciones que pueden resolverse en minutos y que prolongan la vida de la persona, tal es el caso por ejemplo de arritmias cardiacas letales, por tal motivo un paramédico debe tener una gama amplia de conocimientos y habilidades en diversas áreas de la medicina que le ayuden a resolver los problemas inmediatos de su paciente, debe ser diciplinado, juicioso y mantenerse sereno ante eventualidades, pues en ocasiones no solo es su paciente, sino los escenarios difíciles con los que se encuentra en la calle, por eso mi lema para con ellos siempre es: “Sean serenos de pensamiento e implacables en sus habilidades”… gracias a estos profesionales de la salud, hoy Rubén puede continuar festejando su vida junto a su familia.