Después de tres días de que se ordenara su excarcelación, Mario Marín, salió del penal del Altiplano y desde la madrugada de este miércoles está en su casa en la capital de Puebla, donde continuará en prisión domiciliaria su proceso por la presunta tortura a la periodista Lydia Cacho.
Alrededor de las 23:32 horas de ayer, una camioneta con número 29900 de la Guardia Nacional salió del penal del Altiplano con el ex Gobernador de Puebla con destino a su domicilio en el Fraccionamiento Residencial San Ángel, Colonia Xilotzingo, a donde arribó a las 3:37 horas de hoy.
El sábado pasado, en cumplimiento a una sentencia de amparo, Angélica Carmen Ortuño Suárez, juez segundo de Distrito en Quintana Roo, canceló la prisión preventiva al ex Mandatario y le impuso la prisión domiciliaria bajo vigilancia permanente de la Guardia Nacional y el uso de un brazalete electrónico.
Además, le fijó otras medidas cautelares como la prohibición de salir del país y de acercarse a las víctimas, así como el ojo de una garantía económica.
La juzgadora consideró que habían cambiado las condiciones bajo las que le impusieron la privación de la libertad, porque ya no había riesgo de fuga ni tampoco a la integridad de la víctima.
La acusación contra Marín deriva de la captura de Lydia Cacho en Cancún, por parte de la Policía de Puebla en 2005.
La periodista fue detenida con base en una orden de captura por los delitos de difamación y calumnia, cuyo origen era una denuncia penal del empresario Kamel Nacif Borge, conocido como “El Rey de la Mezclilla”.
Según la Fiscalía General de la República, la periodista fue trasladada por tierra desde Cancún hasta Puebla, un trayecto en el que habría sido objeto de torturas.
Kamel Nacif denunció a la periodista por la publicación del libro “Los demonios del edén”, en el que la autora menciona al empresario textilero como uno de los invitados a fiestas en las que eran pervertidos menores de edad.
Luego de la captura de Lydia Cacho, se dieron a conocer conversaciones telefónicas entre el entonces Gobernador poblano y el empresario, en las que celebraban el escarmiento que propinaron a la periodista.