Previo al inicio de los juegos olímpicos, se estimó que los 10.800 deportistas, 5.000 empleados y más de 8.000.000 espectadores, generarán alrededor de 10.000 toneladas de residuos. Lo cual constituía un gran reto. Al final hubo mas asistentes.
Para ello, se consideró un sistema para la separación en origen de la basura, para desviar la mayor cantidad de residuos posible de los vertederos a plantas de reciclaje y compostaje, además, se planeó usar contenedores de distintos colores, para la separación de residuos reciclables o compostables.
No obstante, el problema ha consistido principalmente en los envases de PET (aunque no son los únicos residuos), que se han dejado por los consumidores de refrescos en las vías públicas.
Aunque hay reportes de basura excesiva (contenedores saturados), al parecer, el sistema de limpia de la ciudad se ha visto rebasado, pues no obstante que se ha intensificado la recolección de residuos (se cuenta con 5 mil empleados de limpieza), no ha sido suficiente frente al enorme volumen de residuos. Y como un impacto adyacente, esta el incremento de ratas urbanas (se estima que hay 3 millones de ratas en la ciudad).
El otro problema del que no se ha informado lo suficiente y de manera diaria, es el relacionado con la calidad del agua en el río Sena, para llevarse a cabo una de las competiciones. A pesar de la poca transparencia al respecto, se realizó la competencia.
Al 31 de julio las muestras de agua del río mostraron que los niveles de bacterias potencialmente dañinas eran demasiado altos. Finalmente, las autoridades dieron su visto bueno a primera hora de la mañana de ese mismo día (31 de julio), manifestando que los análisis de las muestras habían vuelto a niveles seguros para los atletas. Lo que, si fue un hecho, es que la competición del Triatlón se difirió un día, de la fecha en que estaba programado.
El World Triathlon publicó datos el martes (6 de agosto) que muestran que cuando los triatletas nadaron el lunes (5 de agosto), los niveles de bacterias fecales E. coli y enterococos estaban dentro de niveles aceptables.
Visto en su conjunto, además de las competencias deportivas, se encuentra una más importante, la competencia ambiental (lograr que estos juegos olímpicos de Paris cumplan los criterios, medidas y metas ambientales -huella de carbono, huella de residuos, generación de energía limpia, reciclaje y la limpieza del río Sena). Y todo pareciera indicar que más del 50% de las expectativas ambientales se cumplieron. Pues la única arista crítica son los residuos sólidos urbanos que se generaron y que rebasaron la capacidad del sistema de recolección parisina.
Pero habría que esperar el Informe Final, para saber si Paris y los Juegos Olímpicos ganaron la medalla de oro ambiental.
Y más que hazañas atléticas, estamos viendo prácticas innovadoras de sostenibilidad enfocadas en la economía circular, la transición energética y la revolución alimentaria. Sin embargo, académicos y ambientalistas, siguen poniendo en duda que los juegos olímpicos sean sostenibles, debido fundamentalmente a la magnitud del evento.
En el evento de la clausura, la sostenibilidad paso de noche, pues no se hizo ninguna referencia alguna, ¿será que lo ambiental, sigue siendo un asunto de segundo plano?