La depreciación del Peso a niveles de 19.38 por dólar todavía se mueve en un rango de corrección cambiaria, por lo que Jorge Gracia Garza, socio director de la firma de asesoría financiera Econofinanzas, descartó una crisis devaluatoria.
“Descartamos una situación de crisis como la de 1994, pues ahora hay una flotación cambiaria y el Banco de México cuenta con reservas por 200 mil millones de dólares que no serán utilizados para sostener el tipo de cambio del Peso frente al dólar”.
Gracia Garza agregó que la depreciación del Peso ya venía dándose después de las elecciones en México, por la inquietud que generan las reformas constitucionales y el déficit fiscal del Gobierno que podría complicarse.“Lo que preocupa a las calificadoras de riesgo, pero aún es prematuro hablar de una recesión económica”, dijo.
Consideró que la caída de los índices en las bolsas de valores del mundo y la depreciación de la moneda obedece a una conjunción de factores, algunos de ellos sorpresivos.
“Son factores que obligaron a los inversionistas a corregir las valuaciones extremas de los mercados accionarios, principalmente de las acciones de las empresas tecnológicas”.
Enumeró cuatro factores muy particulares que repercutieron en los mercados: una gran discrepancia entre indicadores económicos con pocos días de diferencia, las posturas monetarias de la Reserva Federal y del Banco de Japón; posiciones apalancadas de riesgo que habían timado los “head shots” que apuestan fuerte y las valuaciones extremas del mercado en general.
Recordó que el 25 de julio pasado se dio a conocer el crecimiento del Producto Interno Bruto al segundo semestre en Estados Unidos y sorprendió con un 2.8 por ciento a tasa anualizada, el doble del crecimiento del primer trimestre, por lo que el escenario de un “aterrizaje suave” de la economía del vecino país por el contrario apuntaba a acelerarse.
“En ese contexto la Reserva Federal estadounidense (FED) tuvo su reunión de política monetaria y dejó sin cambio la tasa de interés, por lo que advirtió que no ajustaría la tasa de interés de referencia hasta tener claro que la inflación se aproxime al nivel objetivo del 2 por ciento, pero estará atento al plano empleo y eso le gustó al mercado, que haya preocupación por una posible desaceleración económica”.
Pero ese mismo día el Banco de Japón elevó la tasa de interés de 0.1 a 0.25 por ciento, pero llevaban años con una política de intereses laxos y hasta negativos, añadió, por lo que ese aumento en las tasas del país asiático, por lo que los inversionistas pararon sus posiciones de riesgo para comprar acciones en Estados Unidos y se habían financiado en yenes, por lo que cortaron pérdidas.
“Las divisas latinas ya venían depreciando incluido el Peso, sobre todo este último por los temores a las reformas constitucionales, hasta ahora son noveles de equilibrio”.