La directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, Kimberly Cheatle, renunció a su cargo una semana después del atentado a Donald Trump en un mitin que desató críticas sobre cómo la agencia encargada de proteger a presidentes actuales y anteriores podría fracasar en su misión principal.
Cheatle, quien se desempeñaba en el puesto desde agosto de 2022, enfrentaba crecientes pedidos de renuncia y varias investigaciones sobre cómo el tirador pudo acercarse tanto al candidato presidencial republicano en un mitin de campaña al aire libre en Pensilvania.
“Asumo toda la responsabilidad por la falla de seguridad”, dijo en el correo electrónico enviado al personal este martes.
“A la luz de los recientes acontecimientos, con gran pesar he tomado la difícil decisión de renunciar como su directora”.
La renuncia de Cheatle se produce un día después de comparecer ante un comité del Congreso y ser reprendida durante horas tanto por demócratas como republicanos por las fallas de seguridad.
La funcionaria calificó el intento de asesinato de Trump como el “fallo operativo más significativo” del Servicio Secreto en décadas y asumió toda la responsabilidad por las fallas de seguridad, pero enfureció a los legisladores al no responder preguntas específicas sobre la investigación del caso.