La actuación de Sergio Pérez en la sesión de calificación del Gran Premio de Hungría ya acabó con la paciencia de Red Bull.
El equipo austriaco esperaba que el mexicano repuntara este fin de semana con los nuevos elementos que se incluyeron el monoplaza y lo había conseguido hasta que cometió un error cuando llegó la lluvia.
Checo saldrá desde el puesto 16 y aunque está cerca de la zona de puntos es complicado rebasar en el circuito.
“He demostrado ser muy pacientes, pero esto era realmente lo último que él y el equipo necesitaban. Cualquier discusión que tengamos con él tendrá lugar, por supuesto, internamente y no ante los medios de comunicación.
“No podemos correr con una sola pierna. Ahora tenemos que recomponer todo, arreglar el coche y ver qué podemos sacar de él durante la carrera”, explicó Christian Horner, jefe de la escudería de las bebidas energéticas.
La última oportunidad que tendrá Pérez para superar la evaluación será la próxima semana en Bélgica, antes de las vacaciones de verano.
“Esperaremos hasta la próxima carrera en Spa y luego tomaremos una decisión”, reafirmó Helmut Marko, asesor de Red Bull.