Elisa Rebeca Ascencio Rentería
Como docente y profesional de la salud bucal, veo con optimismo el futuro de la odontología. Nuestros estudiantes de hoy están más que nunca conectados con las ciencias y sus aplicaciones y tienen un deseo genuino de mejorar la salud de sus comunidades.
Sin duda, y después de todo lo que hemos vivido con la pandemia de COVID-19, es un buen momento para reflexionar sobre cómo ha cambiado nuestra forma de concebir la importancia de nuestra salud, ya que ahora, con la situación más controlada, es crucial retomar esos hábitos de cuidado y prevención. La buena noticia es que hoy las tecnologías están al alcance de nuestras manos, ahora los avances en tratamientos y diagnósticos nos permiten mantener en óptimas condiciones y de manera más consistente y menos invasiva nuestros dientes y encías.
Sin embargo, como menciono arriba, no todo es tecnología, la alfabetización en salud bucal es clave. ¿Y qué significa esto? Simplemente es entender cómo cuidar nuestros dientes y encías y conocer la importancia de la prevención. En este sentido, es vital que desde pequeños aprendamos hábitos de higiene bucal, como cepillarnos los dientes al menos dos veces al día, usar hilo dental y visitar al dentista regularmente. Esto no solo previene problemas en nuestras bocas sino que también evita problemas más serios a largo plazo. Es por eso que la atención primaria en salud bucal juega un rol fundamental, no se trata solo de ir al dentista cuando ya tenemos un problema, sino de realizar chequeos periódicos para detectar cualquier anomalía a tiempo. Los dentistas no solo cuidamos de tus dientes, sino que tenemos la capacidad de identificar signos tempranos de enfermedades sistémicas, como diabetes o hipertensión, que a menudo se manifiestan primero en la boca.
La salud bucal es un pilar esencial de nuestro bienestar general. En Querétaro, estamos avanzando con pasos firmes hacia un futuro donde todos puedan sonreír con confianza. Con la combinación de nuevas tecnologías, materiales inteligentes y una atención primaria sólida, pienso que estamos en el camino correcto. Y desde mi posición, seguiré trabajando para que las personas que lleguen a nuestras manos cuenten con el cuidado y la dedicación que se merecen.
En esta era post COVID, aprovechemos los avances científicos y la educación en salud para disminuir los factores de riesgo, mantener nuestras bocas sanas, y por ende, nuestros cuerpos, en las mejores condiciones posibles. No olvidemos que una buena salud bucal comienza en casa, apoyada siempre por un sistema de salud accesible y eficiente.