El ex Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aterrizó ayer en Milwaukee, Wisconsin, para asistir a la Convención Nacional Republicana y ser proclamado, no sólo como el candidato oficial de los conservadores, sino como un milagroso sobreviviente.
“Ahora es más importante que nunca que sigamos unidos y que mostremos nuestro verdadero carácter como estadounidenses, siguiendo fuertes y determinados, y que no dejemos que gane la maldad”, escribió el ex Mandatario ayer, un día después del fallido intento de asesinato en el que resultó herido.
La Convención Nacional Republicana se llevará a cabo durante esta semana, según lo planeado.
Funcionarios policiales federales y locales dijeron que tienen confianza en los planes de seguridad existentes.
“Iba a retrasar mi viaje a Wisconsin dos días, pero acabo de decidir que no puedo permitir que un tirador, o un asesino en potencia, obligue a cambiar la programación, o cualquier cosa”, manifestó Trump en su sitio Truth Social.
Para el ex Presidente, su salvación responde a una obra de Dios. Llamó a la unión y a evitar que “el mal gane”.
“Creo que esto fortalecerá la base electoral de Trump y unirá a los republicanos detrás de él”, explicó Wendy Schiller, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad de Brown.
El tiroteo, según expertos, provocó que aquel a quien sus críticos acusan de ser una amenaza para la democracia y el Estado de derecho, sea ahora una víctima de la violencia política.
De mala puntería
El empleado de un asilo de ancianos de los suburbios de Pittsburgh que intentó asesinar al ex Presidente Donald Trump era un republicano registrado.
El atacante era Thomas Matthew Crooks, de 20 años y residente de Bethel Park, Pensilvania.
Se graduó de preparatoria hace dos años y no tenía antecedentes penales, según registros judiciales públicos.
En su último año de preparatoria, fue uno de varios estudiantes que recibieron premios por su desempeño en matemáticas y ciencia.
Crooks intentó ingresar al equipo de tiro de la escuela, pero fue rechazado por su mala puntería, dijo Frederick Mach, actual capitán del equipo.
Los estudiantes se burlaban de él por el tipo de ropa que vestía, incluidos atuendos de cacería.
“Era acosado casi todos los días”, contó su compañero Jason Kohler.