La industria eólica instaló el récord de 116,6 GW de nueva capacidad en 2023 y el segundo más alto para eólica marina (11 GW) de acuerdo al Anuario Eólico 2024, una publicación elaborada por la Asociación Empresarial Eólica (AEE). Lo que convierte al 2023 en el mejor año de la historia para la nueva energía eólica y lo cual representa un aumento interanual del 50% con respecto a 2022.
Así, el año 2023 ha sido un año de crecimiento continuo para la energía eólica a nivel mundial, y 54 países de todos los continentes construyeron energía eólica. Teniendo a la región de Asia Pacífico liderando el crecimiento y, a China, consolidándose como el país con mayor capacidad eólica instalada a nivel mundial.
Y por otra parte, la energía eólica cubre ahora el 19% de la demanda de electricidad de Europa, y en algunos países como en Dinamarca alcanza el 55%; Irlanda 34%; Reino Unido 28%; Portugal el 26% y Alemania 26%. Mientras que en España, en la actualidad, cubre el 25%. Por ello, la Comisión Europea considera que la energía eólica representará la mitad de la electricidad de Europa para 2050.
En tanto las cifras para México en el 2021 fueron de más de 20 mil Gigawatts-hora (GWh), lo que representó 6.09% de la generación de electricidad en México. Pero hay que considerar varios aspectos que se refieren que “En términos generales el aprovechamiento de la energía eólica depende de la orografía y de la velocidad y dirección del viento, y para que la energía eólica se establezca en una localización concreta, mediante parques eólicos, el lugar de instalación debe cumplir con dos requisitos principales: 1] evaluar el terreno y 2] medición del viento.”
México se ha colocado en el séptimo lugar a nivel mundial en producción eólica, con 3,175 turbinas en 69 centrales eléctricas en 15 estados. No obstante, la mayor ventaja comparativa de México por su ubicación es la irradiación solar, con mayor número de días sol.
El desarrollo se ha visto favorecido por la riqueza de recursos eólicos en estados como Oaxaca, Yucatán y Tamaulipas; entidades donde las velocidades de viento son óptimas para la generación de energía eléctrica mediante turbinas eólicas.
Y cuya inversión ha sido significativa, alcanzando más de $13,287 millones de dólares hasta 2023.
Este impulso financiero ha contribuido a una expansión notable de la capacidad instalada, la cual aumentó en un 136% durante los primeros tres años del actual gobierno federal.
Y se estima una proyección a largo plazo como positiva, con estimaciones que sugieren que la capacidad instalada de energía eólica podría aumentar un 74% para 2034.
Si bien la energía eólica tiene muchos aspectos positivos como las siguientes: es 250 veces menos contaminante que el carbón; tiene bajos costos de operación; se integra fácilmente dentro de los sistemas eléctricos actuales; contribuye a la seguridad energética al ampliar el mix de tecnología disponible en cada país. Pero también se han identificado impactos negativos tales como, la fragmentación (principalmente por la apertura de caminos) del hábitat de flora y fauna silvestre; la muerte de aves por colisión (Dentro de los pocos estudios que se han realizado, Ledec -2011- reportan la muerte de 3, 200 aves al año en un parque de 98 turbinas); residuos por la baterías; escasa generación de empleos y baja renta a los propietarios de los terrenos donde se instalan los aerogeneradores, así como también pocos beneficios sociales.
Asimismo, la construcción de un parque eólico requiere de la eliminación de cobertura vegetal, fenómeno que a su vez ocasiona la fragmentación del hábitat y el desplazamiento de fauna silvestre. Y las especies más estudiadas en relación con la construcción de parques son las aves, pues se ha detectado la reducción del 47 % de la población de aves rapaces.
Con base en el programa de Prospectiva de Energía Nacional 2023-2037, la SENER plantea una prospectiva en los siguientes términos: “tomando como base el escenario de planeación se espera un consumo con una tasa media de crecimiento anual (tmca) de 2.5 % para el SEN pasando de 347,485 GWh en 2023 a 479,987 GWh en 2037. Bajo este escenario, se espera que el sector con mayor participación en el consumo final de energía eléctrica sea la Empresa Mediana con un 38.1 %, seguido de la gran Industria con 25 % y Residencial con 24.8 %.” Por otra parte, la SENER, reporta que la región con mayores usuarios y consumo final de energía es la región Occidental.”
Es importante señalar que una de las principales variables que afecta directamente al consumo final de energía eléctrica es el crecimiento demográfico, ya que, ante un aumento en la población, existe una demanda mayor de servicios, los cuales requieren de energía eléctrica para llevar a cabo cualquier proceso. Sin embargo, existen algunas excepciones donde el consumo final es superior de manera considerable ante la demografía de algunas Regiones, y esto se debe a las actividades económicas que se realizan dentro de cada una, ya que la presencia de procesos industriales consume una gran cantidad de energía eléctrica como se muestra en las Regiones del Noroeste, Norte, Oriental, Central y Noreste.
Ahora bien, en cuanto a la matriz energética (2022) tenemos lo siguiente:
– Eólica: 7.9%
– Solar: 7.5%
– Carboeléctrica: 6.3%
– Turbogas: 4.4%
-Ciclo combinado: 39.5%
– Nuclear: 1.8%
– Hidroeléctrica: 14.5%
– Térmica convencional: 13%
– Bioenergía: 1.3%
– Geotérmica: 3.11%
Finalmente diremos que la capacidad instalada de Generación Distribuida en el Sistema de Energía Nacional en 2022 fue de 2,630.13 MW, y en los últimos 10 años ha registrado un incremento de 67.80 %, impulsado principalmente por la penetración de energía Fotovoltaica con una participación de 99.36 % equivalente a 2,613.2 MW, seguida de la Eólica y Bioenergía con 0.64 %.
El viento como recurso natural, ahora cobra relevancia para la generación de energía limpia.