Tras cuatro años de discusión, a partir de esta semana las importaciones de tomate mexicano a Estados Unidos ya no requieren un certificado de inspección en sus embarques de no portación del virus rugoso del tomate (ToBRFV en inglés).
A través de un comunicado, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) detalló que la medida facilitará y agilizará los cruces fronterizos del tomate fresco.
“Desde la implementación de la orden federal por parte de Estados Unidos, el Senasica inició conversaciones con la autoridad sanitaria para solicitar la reconsideración de las medidas sanitarias, con el argumento de que la fruta fresca no es una vía de diseminación del ToBRFV, ya que el uso previsto es el consumo en fresco y no la reproducción”.
El 3 de junio de 2020, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) determinó que entre los requisitos fitosanitarios para la importación de posibles portadores de ToBRFV, los productores mexicanos debían acompañar sus embarques con un certificado que señalara que su producto fue inspeccionado y no presentaba síntomas del virus rugoso del tomate.
“Adicionalmente, este certificado debía incluir fecha de inspección, nombre, título y firma de la persona que emitía el certificado de inspección, así como los nombres y direcciones del productor y empacadora”, recordó la Sader.
México es el octavo productor global de tomate, con una producción anual cercanas a 3.4 millones de toneladas, que se cosechan principalmente en Sinaloa, San Luis Potosí, Michoacán, Jalisco, Baja California Sur y Zacatecas.
“Además de abastecer el mercado interno, los productores mexicanos exportan más de 1.8 millones de toneladas de tomate a diferentes destinos”, detalló la dependencia.