Andrés Manuel López Obrador, por encima de la investidura presidencial que tanto dice cuidar y defender, cuando le conviene, ha antepuesto su rol de líder del movimiento que creó, Morena, sobre el de Presidente de la República, convirtiéndose en su principal y constante promotor electoral por encima de la ley que le impide, por su cargo, intervenir en las campañas.
No hay día, en el que no se refiera a este proceso descalificando a los opositores, críticos y a todos aquellos que no forman parte de su feligresía de aduladores, para luego declararse por encima de la Constitución que el uno de diciembre de 2018 protestó guardar y hacer guardar: No me vengan a mí con el cuento de que la ley es la ley, y que remató al declarar que por encima de la ley está mi autoridad moral y política.
Es decir, canceló el principio universal de que al margen de la ley, nada; por encima de la ley, nadie, excepto él claro.
Y en esa línea de flotación afirmó ayer, que va a ser muy importante el domingo porque más que una elección, es un referéndum, es un plebiscito, es una consulta. No es nada más elegir a las autoridades, elegir al partido. No, es elegir el proyecto de nación que queremos, y añadió:
¿Queremos que el país siga siendo como antes, de un pequeño grupo, de una minoría, que engañaba porque no había democracia, era una oligarquía con fachada de democracia, porque al pueblo no lo tomaban en cuenta, o queremos que sí, de verdad, se establezca en México una auténtica, una verdadera democracia?
El Tribunal Electoral del Poder Judicial que antes del 6 de septiembre tiene que declarar la legalidad de la elección y hacer la de presidenta electa, ha resuelto 17 casos por infracciones del presidente y tiene 53 más que establecen su posible comisión de una infracción y medidas cautelares.
Estos niveles abren la puerta para declarar, en su caso, la ilegalidad del proceso, lo que, al igual que una eventual derrota, nunca aceptaría y nos arrastraría al más grave conflicto social del siglo veinte porque no quiere soltar, ni quiere ceder, no quiere irse.
Al tiempo.
RETALES
MÁS.- Lo más delicado de esta declaración es su obsesión permanente de ponerse en el centro de todo, olvidando que Claudia Sheinbaum es la candidata y cambió las elecciones a un referéndum, a una consulta sobre él;
NOMBRES.- El director del IMSS-Bienestar es el tabasqueño Alejandro Calderón Alipi y su hermano César Mauricio es el que aparece en los audios relacionado con el tal Amílcar. En el INSABI fue el coordinador de abastecimiento de medicinas y equipamiento médico; y
SALIDA.- Alejandra del Moral, la priista a la que no le permitieron ganar las elecciones del estado de México dejó el PRI y se sumó a Claudia Sheinbaum sin que haya, como se dijo, compromiso alguno de un cargo.