El próximo titular del Poder Ejecutivo de México encontrará un campo seco: reducción de apoyos, menor disponibilidad de financiamiento, la mayor crisis hídrica en 50 años, escasez de mano de obra e inseguridad.
A los aspirantes a la Presidencia del País, Xóchitl Gálvez, Claudia Sheinbaum y Jorge Álvarez Máynez, se les ha planteado que no es necesario “encontrar el hilo negro” para ofrecer soluciones al sector agropecuario, sino tener un programa de mediano y largo plazo para recuperar el tiempo perdido, aseguró Juan Cortina, presidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
Los productores enfrentan una serie de retos como falta de financiamiento y tasas de interés altas, cambios en políticas públicas que eliminaron apoyos compensatorios y afectaciones climáticas no vistas en los últimos años.
De acuerdo con los resultados del último Censo Agropecuario del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), los altos costos de los insumos y servicios, afectaciones por factores climáticos, impacto en ventas tras la pandemia, menor fertilidad de los suelos e inseguridad son los principales problemas de la actividad agropecuaria.
“Los precios de los commodities cayeron más de 30 por ciento en los últimos meses y no hay programas como los de antes para ayudar a la comercialización y coberturas de precios.
“Los insumos han aumentado, empezando con fertilizantes, y la apreciación del tipo de cambio no ayuda”, explicó.
POCOS GRANOS
El reto de abastecer de alimentos a más de 130 millones de mexicanos se complica por la mayor sequía en 50 años y la dependencia de las importaciones de insumos básicos y la producción agroalimentaria muestra rendimientos menores.
Por ejemplo, la producción el maíz blanco, uno de los granos de mayor consumo, pasó de 27.2 millones a 22.9 millones de toneladas de 2018 a 2023, según datos de la Secretaría de Agricultura y de Desarrollo Rural (Sader).
En un escenario similar está el frijol, pues su producción pasó de 1.2 millones a poco más de 600 mil toneladas en el mismo lapso.
Para este año, la expectativa no es mejor, pues la falta de lluvias y de financiamiento encendieron las alarmas, señala un análisis de Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
“Por segundo año consecutivo se obtendría una baja cosecha de frijol en 2024, prevista en 633 mil toneladas métricas, debido a que la falta de lluvias y de semilla impactan las perspectivas de primavera-verano 2024”, detalla.