De 1990 a 2021, último dato disponible, las emisiones de metano se incrementaron 128.03 por ciento en el sector energético, revela un análisis realizado por México Evalúa.
De acuerdo con los datos, en 1990, las emisiones de metano del sector energético se calcularon en 15.757 millones de toneladas de CO2e, mientras que para 2021 se elevaron a 35.931 millones.
Solo en la última década, el incremento ha sido del 50.06 por ciento, siendo Petróleos Mexicanos (Pemex) una agente preponderante en las emisiones, dice el estudio.
Reducir las emisiones de metano ha sido un reto importante en los últimos años, pues no se tiene una contabilidad real y confiable de las toneladas que se emiten, según la organización.
Tan solo las estimaciones de algunos científicos señalan que pueden ser hasta dos o tres veces superiores a los datos que se muestran en las cifras oficiales.
“En el Foro de las Principales Economías sobre Energía y Acción Climática llevado a cabo en 2022, el Presidente Andrés Manuel López Obrador anunció que Pemex tendría una inversión de 2 mil millones de dólares con el objetivo de reducir el 98 por ciento de las emisiones de metano que se generan por dicha industria.
“Recientemente, en la COP 27, el Gobierno mexicano actualizó su meta de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de un 25 a 35 por ciento para el año 2030, y anunció que Pemex tendría una estrategia de aprovechamiento de gas en pozos existentes que ayudaría a la reducción de emisiones de metano. Pese a todos estos compromisos, seguimos observando que los niveles de metano van en aumento”, apunta el documento.
Viviana Patiño, investigadora de México Evalúa, consideró que en la lucha para reducir las emisiones de metano la opacidad y mala actualización de las cifras es todo un reto, ya que no permite evaluar todos los efectos que eso genera.
Dijo que el caso del metano es muy especial porque es básicamente gas natural, entonces como tal estamos hablando de una fuente de energía que al liberarse atrapa 83 u 84 veces más calor en la atmósfera que el CO2.
Explicó que no se le está dando la importancia que se merece al llamado de iniciar la transición energética.
“Y eso contribuye significativamente a las olas de calor que vemos con mayor regularidad y el aumento en la temperatura global”, apuntó.