A unos días de cumplir 80 años, Javier Bátiz enfrentará una de sus más duras batallas: cáncer de próstata.
Es el último de una serie de padecimientos recientes que ha sufrido el guitarrista mexicano, y que incluye dos infartos cerebrales, una fisura anal en el colon y una neumonía que ha tardado varias semanas en dejar atrás; también fue diagnosticado con hipertensión.
Bátiz fue operado de la próstata el 10 de abril en la Cruz Roja de Tijuana. Ahí le extirparon un tumor para analizarlo.
“La patología salió maligna: Javi tiene cáncer en la próstata. Ya le quitaron gran parte de lo que estaba mal, pero quedaron células y se le va a hacer un tratamiento que no es a base de quimios y radiación porque él ya está muy grande para soportarlas y muy débil.
Creemos que no es lo conveniente. Nos ofrecieron otra opción, que vamos a tomar, de una inyección cada tres meses y que se pone en el estómago”, dijo su esposa, Claudia Madrid.
Durante el postoperatorio, el músico tuvo dificultad para caminar y usó andadera. Su pierna izquierda no le respondió y no soportaba su peso, y si bien su familia empezó a ayudarlo, él quería hacer todo por sí solo.
La noche del 27 de abril se levantó al baño, pero resbaló y se golpeó la cabeza.
“Oí un grito y el golpe, me levanté hecha la fregada y lo encontré en el piso, le grité a mi hija para que me ayudara a levantarlo. Lo levantamos y tenía un golpe muy severo en la cabeza, se abrió la parte superior de los labios”, compartió Madrid.
A la mañana siguiente, la familia lo llevó a la Cruz Roja de nuevo. Permaneció por unas horas, pero después fue internado hasta el pasado viernes.
“Se le tuvo que hacer un TAC (tomografía axial computarizada) de cráneo por el golpe, pero el golpe no fue lo importante, se le hizo un chipotón. (…) Pensábamos que era una metástasis. (…) Encontraron una bolita en el cerebro, era un caso raro, (los médicos) se pusieron a estudiar capa por capa y resultó que fueron dos infartos cerebrales que le están impidiendo mover su pierna izquierda. No soporta su peso, su brazo izquierdo lo mueve muy lento y no sostiene nada.
“(La fisura anal detectada) Es como desgarramiento o un tubérculo que se le reventó, y el desecho del intestino grueso pasa a la vejiga. Mucho de lo que padecía Javier era que tenía una infección muy grande en la vejiga.