El abasto de cosechas nacionales de maíz cada vez pinta peor para México, lo que anticipa una mayor dependencia de las importaciones, básicamente de Estados Unidos, las cuales en el primer trimestre del año marcaron un nuevo récord para un periodo igual.
En su revisión más reciente sobre la producción nacional del grano, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) calculó que la dependencia alimentaria de México con el maíz extranjero subirá a 50 por ciento, desde el 48.5 que estimó en marzo y el 45.3 por ciento que proyectó en enero.
El nuevo dato contrasta con el 39 por ciento del año pasado y de concretarse será el nivel más alto alcanzado desde que hay registro, a partir de 1960, pudiendo elevarse aún más si el USDA sube su estimación en los siguientes meses.
“El que de un mes a otro haya subido 1.5 puntos porcentuales la dependencia alimentaria al maíz extranjero es un tema muy grave por lo que es urgente tomar acciones ya para revertirla, porque sino crecerá aún más”, advirtió Francisco Chapa Góngora, integrante del Comité de Prácticas Societarias del Consejo Nacional Agropecuario (CNA).
México es superavitario en maíz blanco, pero deficitario en amarillo y para este año la estimación es que ambos cosechará 23.3 millones de toneladas, 700 mil menos a las calculadas en marzo y 17 por ciento menos de los 28 millones del 2023.
En consumo, el USDA estimó que si bien éste crecerá apenas 1.3 por ciento anual, a 46.6 millones de toneladas, la caída en las cosechas nacionales obligarán a elevar las compras en el extranjero, donde Estados Unidos es su mayor proveedor, con poco más del 95 por ciento.
La autosuficiencia alimentaria resulta de dividir la producción nacional entre el consumo interno, lo que con base en las nuevas cifras del USDA da 50 por ciento en el caso del maíz mexicano, y a ese resultado se le resta 100, lo que arroja el grado de dependencia con el grano importado.