Dua Lipa flota en el océano, el sol comienza a ponerse detrás de ella. Se ve fuerte, serena, excepto por la amenaza inminente de un tiburón enorme, con una aleta que acaba de salir a la superficie a unos metros de ella.
La imagen es la portada de su tercer álbum, Radical Optimism, que sale este viernes. Es una representación visual adecuada para un álbum sobre buscar tu propia paz y protegerla en aguas peligrosas, una maduración temática para la superestrella del pop galardonada con el Grammy, que durante mucho tiempo ha identificado su sonido como “dance-crying” (bailar llorando).
Ese irónico término encapsula el júbilo de discoteca y antro de sus mayores éxitos pop, pero Radical Optimism, con su electropop sicodélico, lo complica.
“Definitivamente, hay algo más catártico que viene con el tercer álbum. Future Nostalgia (2020) fue mi oportunidad de poder hacer un disco de pop-dance-disco muy pulido.
“(El proceso creativo de Radical Optimism) Fue mucho más fluido, y no tenía una fórmula como tal, pero siempre tuve esa sensibilidad pop en el fondo de mi mente. Sólo quería experimentar y tratar de crear algo nuevo. Creo que este siempre fue el álbum que siempre quise hacer”, dice, en entrevista, sobre un disco que se alimentó de lo aprendido de sus giras los últimos años, con influencias del trip hop y el britpop, con un nuevo interés en la instrumentación en vivo.
En cuanto al título del álbum, la estrella británica lo ve claro.
“Es eufórico, es unión. La música dance tiene una larga historia de crear un espacio muy seguro, y yo sólo quiero encarnar eso”.
Antes de su debut, en 2017, Lipa escribió que le gustaría trabajar con Kevin Parker, líder de Tame Impala, exactamente por ahí de un tercer material. El deseo se cumplió: el australiano se volvió un colaborador clave.
“Era casi como si algo en el fondo, por instinto, me dijera que me lo había ganado, que con el tiempo podría entrar y trabajar con un creativo que me inspiraba tanto, y estar en una habitación y aprender de él”.
Lipa ha trabajado duro. Tiene 28 años y comenzó su carrera a los 15, cuando convenció a su familia para que la dejaran mudarse de Kosovo a Londres, donde nació, para seguir una carrera pop. Fue a la escuela, modeló y en el 2017 lanzó su álbum de debut, homónimo, con los éxitos “New Rules” y “One Kiss”.
No sólo contó con Parker, sino con el productor Danny L Harle, el compositor Tobias Jesso Jr. (conocido por su trabajo con Harry Styles y Adele) y su colaboradora frecuente Caroline Ailin. En estudios amplios e iluminados de Londres y Malibú refinaron lo que es el trabajo más ambicioso de Lipa a la fecha.
“(Lipa) Entiende cómo manejar muchas opiniones en la sala, incluida la suya. Ella no valora la suya por encima de la de los demás, simplemente usa las que funcionan mejor para lo que está tratando de lograr”, cuenta Jesso.
“Éramos una banda”, explica la cantante sobre el grupo de creativos.
Lipa impregna el aire con una persistente positividad, comenta que se esfuerza por ser “violentamente feliz” en la vida y en sus esfuerzos.